Crecimiento, roles y conversaciones
Hay que reconocer que un nuevo rol conlleva no solo a responsabilidades de gestión, sino, a un trabajo personal, social y sistémico que implica el cambio de enfoque y la redefinición de algunas prioridades.
Hay que reconocer que un nuevo rol conlleva no solo a responsabilidades de gestión, sino, a un trabajo personal, social y sistémico que implica el cambio de enfoque y la redefinición de algunas prioridades.
Aprendimos que solo somos capaces de unimos para luchar en contra de algo y no hemos sabido encontrar puntos de encuentro que nos unan en motivaciones comunes.
El impacto más poderoso ocurre en lo más profundo de nuestra esencia, ya que cuando decimos que haremos algo y no lo hacemos, perdemos credibilidad con nosotros mismos.
Cuando seamos capaces de domar a nuestros propios monstruos y buscar respuestas de manera asertiva, podremos ser capaces de mejorar nuestra comunicación y cuidar nuestros vínculos y relaciones.
Comprender que una empresa vive en constante proceso de cambio y en un mercado más competitivo. El aprendizaje de un líder sobre el poder de la aceptación es lo que debe entregarle a su equipo.
Invertimos más de 8 horas diarias en la oficina, eso es algo que por ahora no vamos a poder cambiar, lo que sí podemos cambiar es la calidad del tiempo que invertimos en cada uno de nuestros roles.
Ser capaces de poner en valor nuestros sentimientos y decidir perdonarnos por el dolor que pudimos haber generado implica ser capaces de gestionar nuestro futuro de una forma diferente.
Nuestro entorno profesional nos ha enseñado que no debemos involucrarnos emocionalmente, sin embargo, esta negación solo causa dolor y estrés.
Cuando de manera automática mi ego etiqueta el comportamiento de otro como “pereza” me intereso en saber: ¿cuáles son las barreras que no estoy viendo? ¿Qué busca lograr con esta conducta?