Tal como lo mencionamos en la anterior entrega de esta columna, continuaremos hoy con la descripción de las seis tendencias tecnológicas que nos faltaban analizar:
7.- Desarrollo de interfaces hombre-máquina: Todas las grandes corporaciones de la industria de las TICs vienen desarrollando sus propios programas de investigación para desarrollar interfaces que conecten el cerebro humano con las computadoras. Asimismo, tanto EE.UU. como la Unión Europea han priorizado estas líneas de investigación con miles de millones de dólares. Las expectativas son grandes: desde compensar la pérdida de neuronas por enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, hasta el desarrollo de súper-mentes (mitad humana-mitad electrónica).
8.- Amplio uso de analítica de big y small data: Nosotros dejamos un rastro de información por donde vamos física y virtualmente, información que procesada adecuadamente y en las manos correctas adquiere un gran valor que será muy apreciado en el ámbito del marketing, del tránsito (peatonal, vehicular y virtual) y de los gustos y las preferencias. Los procesadores de información no solo sabrán de nosotros mucho más que nosotros mismos (lo que ya ocurre), sino que mediante algoritmos de inteligencia artificial podrán pronosticar nuestro comportamiento e, incluso, inducir el consumo de determinados bienes y servicios.
9.- Mayor empleo de manufactura aditiva empleando cualquier material (polímeros, metales, alimentos): La manufactura aditiva, nombre técnico de la impresión digital 3D/4D, alcanzará un alto grado de empleo por las empresas e incluso los hogares. La posibilidad de que las máquinas vengan con un kit de repuestos descargable de la nube, para ser impreso en el momento que se requiera y con los materiales que el propio fabricante recomiende, está muy cerca en el tiempo. Incluso, que los hospitales cuenten en sus cocinas con dispositivos para la impresión de raciones con la dieta prescrita a los pacientes, con la exacta combinación de proteínas, carbohidratos, grasas, azúcares, vitaminas, etc.
10.- Mayor empleo de fuentes renovables de energía no convencionales: La era de los combustibles fósiles está llegando a su fin, gracias a la gran cantidad de tecnologías de generación de energía limpia, aprovechando todas las formas de energía disponibles en la naturaleza (luz solar, viento, mareas, olas, geotermia, e incluso la biodiversidad microbiana). A eso se sumarán las distintas formas de almacenar energía para adecuarlas a las demandas fluctuantes durante el día y la noche, gracias al descubrimiento de nuevos materiales y de nuevas propiedades en materiales ya conocidos (como el flúor).
11.- Mayor control y protección del ciberespacio: En la medida en que la mayoría de nuestras actividades se vuelve virtual, el ciberespacio se convierte en una nueva dimensión donde existen oportunidades, pero también riesgos, porque al igual que nosotros hemos migrado hacia él para trabajar, estudiar, entretenernos y mantenernos informados, lo mismo han hecho los delincuentes que han encontrado en esta dimensión un ambiente propicio para el crimen porque los delitos se pueden realizar a distancia y con casi total anonimato.
12.- Mayor empleo de otras realidades no físicas: La tecnología nos permitirá explorar otras realidades e iremos acumulando experiencias casi tan vívidas como si las hubiéramos gozado en el mundo real. El turismo virtual, la asistencia a eventos (conciertos, obras teatrales, incluso mítines políticos), la prueba de prendas de vestir y de calzado o de diferentes alternativas de maquillaje serán actividades comunes gracias al desarrollo de la realidad aumentada, de la realidad virtual y de las técnicas de modelamiento y simulación.
Como pueden apreciar, esta década que se inició con esta pandemia de COVID-19 que aún no termina nos llevará a una realidad muy distinta en el 2030, que no solo debemos anticipar, sino que tanto el Estado como el sector privado, la academia y la sociedad civil, deberán tomar las acciones necesarias para que nuestro país no pierda competitividad en los mercados internacionales, como tampoco nuestra población pierda bienestar y calidad de vida. Enorme desafío que nos espera.
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