Detrás de nosotros estamos ustedes (EZLN, 1995). Inti Sotelo Camargo y Bryan Pintado Sánchez fueron asesinados por la represión policial, pero también por las malas decisiones de algunos políticos de turno que viven alejados de la realidad del país y de las demandas ciudadanas. Los jóvenes demostraron que los políticos pertenecen a una generación desfasada, que lo único que hace es radicalizar el estado de emergencia que ya padecemos por la pandemia.
Y justicia son y serán ellos porque sus ausencias son las semillas de un nuevo abrir de ojos. No podemos voltear la mirada hacia los jóvenes, sino que debemos verlos al lado en pie de lucha. Debemos voltear la mirada solamente para dejar atrás esta clase política corrupta y anacrónica. El real agradecimiento por su sacrificio se lo daremos en las urnas cuando elijamos de manera consciente y recordando su lucha.
El nuevo presidente transitorio Francisco Sagasti es un político con una carrera de largo aliento, pero desconocido para las mayorías. Su primera intervención denotó empatía con el sentir popular, algo inaudito en nuestro Congreso. Pareciera que hay una sintonía política con la legitimidad popular. Esto permite concentrarnos en construir una ciudadanía crítica y vigilante con preguntas que sean respondidas desde el gobierno y con respuestas que sean reflexionadas y retroalimentadas por el pueblo en una dinámica democrática. El presidente debe poner en agenda la defensa y cuidado de la vida y las libertades como prioridad de las políticas públicas para que la gente siga construyendo una nación desde las calles y las redes.
La Generación del Bicentenario es un montaje y performatividad de fragmentos (colectivos generacionales) que observan en sus redes mayor apertura al mundo que su propio país con sus instituciones todavía virreinales y su clase política trasnochada que no identifica la nueva plaza pública que es la red social. El futuro de la política será streaming, la ciudadanía y los jóvenes, en particular, tendrán mucho más acceso a espacios de diálogo e información política, más allá de los medios de comunicación tradicionales. Los jóvenes ya no se dejan engañar e identifican claramente quién mira hacia el pasado y quién mira hacia el futuro. No hay vuelta atrás y los partidos políticos deben proponer alternativas inclusivas que integren a los tiktokers, los zoomers, los otakus, los kpopers, los gamers, entre otros, que no buscan rivalidad ideológica porque el objetivo común es un país que no engañe a la población con el discurso de progreso mientras aún hayan excluidos en un territorio tan diverso.
Ciertamente, aún quedan deudas pendientes para avanzar como país y en las que el Congreso tiene mucho que trabajar. Debemos estar vigilantes que los intereses privados no rijan el accionar del Parlamento. Las víctimas en estas marchas fueron dos hasta el momento, más no olvidemos que, así como ellos muchos siguen muriendo en las periferias del país buscando hacer patria y una tierra habitable para todos. Es así que la democracia funciona como un canal vinculante entre la ciudadanía y las instituciones, por ello tenemos que seguir vigilantes ante cualquier signo de una agenda nacional excluyente. Y, por último, no olvidar que nos encontramos bajo una Constitución redactada durante la dictadura. También preguntemos a toda la población si aún desea esta realidad o una Constitución equitativa, plural y justa. La respuesta será nuestro futuro y estamos seguros que este no tendrá los ojos en el pasado más que para corregir errores. Nuestra identidad está construcción. Bicentenario, bienvenido seas.
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