A diferencia de otras instituciones públicas encargadas de la cultura, la Casa de la Literatura Peruana (Caslit) ha logrado consolidarse como uno de los espacios más sólidos y representativos del país. Ubicada en el antiguo local de la Estación Desamparados, hacia el final Jirón Áncash y al lado del Palacio de Gobierno, su tarea consiste en acercar a sus visitantes a la literatura nacional por medio de una variada programación de exposiciones, conferencias, cursos y talleres que se ofrecen a lo largo de todo el año y siempre de manera gratuita. Hoy es un punto obligado que atrae tanto a los estudiantes de primaria y secundaria --muchos colegios tienen programada la visita con muchos meses de anterioridad-- como a los turistas que visitan el Centro de Lima y quieren tener información un poco más actual sobre lo que ocurre en la ciudad. También es un punto de referencia para los estudiosos de la literatura, quienes participan y asisten a los distintos congresos, simposios y presentaciones en las que se habla de las últimas publicaciones y de los temas que forman parte de los más recientes debates académicos. En una combinación de lo que ahora se llama public humanities, la Caslit ha logrado combinar las estrategias de la gestión cultural, las relaciones públicas, la museografía y la investigación literaria para ofrecer a su público una mirada fresca y profunda de las letras peruanas.
Parte de esta tarea se ha llevado a cabo gracias a que la Casa ha entendido que la literatura no se puede quedar en las repisas de las bibliotecas sino, más bien, aprovechar todos los recursos que existen hoy para compartirla y difundirla fuera de sus grandes habitaciones. Allí están las actividades de promoción de la lectura, dirigidas tanto a niños como a jóvenes, adultos y a adultos mayores, como a una serie de actividades que se realizan en distintos puntos de la ciudad, tales como los mapas literarios (itinerarios hechos para visitar aquellos puntos de la capital relacionados con los escritores), las bebetecas (a cargo de un nutrido equipo de promotores de lectura), los abuelos cuentacuentos (que hacen visitas para relatar sus propias historias), entre muchas otras. El objetivo aquí es cambiar el prejuicio de que la literatura se encuentra solamente en la palabra escrita y que, más bien, ella puede encontrarse en muchos otros espacios y dinámicas de la vida cotidiana. En un ambiente en que el acceso a los libros y la lectura es limitado, sea por nuestro pequeño mercado editorial o por la falta de acceso a publicaciones de calidad, propuestas como estas son un factor necesario en la construcción de una ciudadanía. Esto es, una ciudadanía que por medio del contacto con los mitos, las historias y las ideas que surgen del diálogo se caracteriza por crear personalidades libres y críticas. Por otro lado, la Caslit no se ha olvidado de tener una participación importante en todas aquellas actividades relacionadas con la literatura a nivel nacional. Es así que participa como auspiciadora de distintos congresos, encuentros literarios y publicaciones realizadas en colaboración con universidades, institutos y embajadas. Cabe mencionar aquí su apoyo a las ferias organizadas por la Cámara Peruana del Libro, la publicación de los tomos de la Historia de las Literaturas en el Perú y su rol en las jornadas de evaluación del Plan Lector de la Dirección Nacional de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación.
Son muchos otros los factores por los que deben celebrarse los primeros diez años de la Caslit, cumplidos en octubre de este año que se va. La tarea de incentivar y promover la lectura y el intercambio de las ideas a veces no es fácil, sobre todo un contexto político que a veces no toma en cuenta logros de esta naturaleza, pero ejemplos como estos son una muestra de que sí es posible llevar a cabo un proyecto cultural y estatal de manera exitosa. Si se quiere tener un primer vistazo de ella, solo hay que empezar por visitar su página web y su canal de youtube, en la que se encuentran la programación mensual y los videos de las conferencias y las presentaciones de libro. Y si se la quiere visitar, lo primero que hay que hacer es recorrer la exposición permanente, titulada Intensidad y altura de la literatura peruana. Esto es, una literatura que no solo se caracteriza por su calidad y su contenido, sino también por su amplitud y diversidad. El reto de toda empresa cultural (y lingüística, como también es su caso) se encuentra en la medida en que el público se encuentra identificado con ella, y podemos decir que la Casa lo ha conseguido.
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