Según el último reporte del índice de tendencias en el trabajo por Microsoft(*), el cual entrevista a más de 20,000 personas en el mundo, existe una gran brecha entre la percepción de la productividad de un trabajador sobre sí mismo y la de su jefe. El 87% de las personas consideraban que su productividad había mejorado desde que trabajaban desde casa, mientras que tan solo el 12% de jefes lo consideraba así.
Precisamente, una de las principales críticas al teletrabajo fue que los jefes no tenían forma de saber lo que el empleado hacía con su tiempo, mientras que durante el trabajo en oficina bastaba con abrir una puerta y entrar en el cuarto para ver a la persona. Sin embargo, esto se debe a una antigua asociación de productividad a ver al empleado sentado frente a una computadora redactando un e-mail. Esta falta de confianza genera una paranoia de la productividad.
Sin embargo, la productividad no se mide por cantidad de horas trabajadas, sino por el contrario, por el impacto en las acciones del trabajador, ya sea en sus funciones a realizar o por cómo colaboran ayudando a otros a realizar sus funciones. Una solución lógica es pasar menos tiempo a controlar la productividad de los empleados y más tiempo a poder diseñar objetivos con expectativas claras de lo que esperamos de ellos.
El 81% revelaba que es importante para ellos que sus jefes los ayuden a priorizar sus tareas, mientras que solo el 31% lo hacía realmente. En este contexto, la claridad es necesaria. Los empleados que tienen en claro lo que se espera de ellos son 3.95 más propensos a quedarse en la compañía por al menos dos años, 7.1 menos probables a estar buscando otro trabajo y y hasta 4.5 veces más probables de sentirse contentos en su actual compañía.
Cerrar esta brecha es importante para la retención de nuestros empleados, y empieza con la comunicación. Para crear confianza, es necesario darles retroalimentación y metas claras.
(*) https://www.microsoft.com/en-us/worklab/work-trend-index/hybrid-work-is-just-work
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