Este 2021 cerramos nuestro segundo año en pandemia. En marzo del 2020, Perú se puso en pausa. Parte del mundo ya lo había hecho meses atrás. La cuarentena dio paso a que la naturaleza retome espacios que estaba perdiendo: las aves regresaban a las playas, el aire estaba más limpio, incluso se vio a una familia de osos andinos paseando muy cómoda por Machu Picchu ante la ausencia de turistas.
Pero el retiro de actividades legales también favoreció el ingreso de actividades ilegales en territorios de los pueblos indígenas y las áreas protegidas. La COVID-19 evidenció en nuestro país la necesidad de un estado intercultural, y también la carencia de mecanismos de protección de nuestros recursos naturales.
A pesar de que en el 2020 se reflexionó mucho sobre la naturaleza, poco se ha hecho este 2021 por lograr un equilibrio entre la reactivación y el cuidado de nuestro ambiente. Este año las actividades económicas, turísticas, de recreación, laborales, entre otras, se han ido retomando, y la naturaleza ha perdido, una vez más, los espacios que había ganado. ¿Y las actividades ilegales? Pues esas sí se han mantenido constantes.
El próximo año nos presentará retos conocidos y la necesidad de cumplir con compromisos asumidos hace ya mucho tiempo que pueden marcar la diferencia en temas claves como la agenda ambiental, derechos humanos y pueblos indígenas. A continuación, presento tres retos puntuales.
El cuidado de nuestro patrimonio natural es uno de ellos. El 2021 tuvo algunos avances en este aspecto. Por ejemplo, la creación la Reserva Nacional Dorsal de Nasca, ubicada al sur del país, un área 100 % marina que nos permitió asegurar la conservación del 8 % de nuestra superficie marina. Sin embargo, seguimos sin dar una adecuada protección a nuestro norte costero. Áreas clave como la Zona Reservada Illescas, ubicada en el desierto de Sechura, o el Mar Tropical de Grau, entre Piura y Tumbes, tienen más de diez años esperando convertirse en reservas nacionales. ¿Será el 2022 el año en el que finalmente se tome una decisión sobre estas áreas que albergan ecosistemas únicos?
Otro tema que no podemos dejar de mencionar es el de los defensores ambientales. La pandemia golpeó duro a las personas defensoras del ambiente. Desde que inició la cuarentena a la fecha, fueron asesinados más de diez de estos peruanos. Si bien este año se aprobó un Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos, que por primera vez plantea la acción coordinada de ocho sectores, se mantiene un gran problema: la falta de asignación de recursos de manera inmediata para poner a buen recaudo a nuestros defensores. Con presupuesto adecuado, por ejemplo, se podría concretar la figura de la extracción, que consiste en retirar a la persona amenazada del lugar para ponerla a buen recaudo. Actualmente no se cuenta con esos recursos, y mientras tanto no puede hacer más que emitir papeles y estos “no detienen balas”, como dijo alguna vez un exviceministro.
Finalmente, quiero mencionar algunas de las necesidades de los pueblos indígenas en lo referente a la defensa de sus derechos colectivos. Son tantas las necesidades en la lucha reivindicativa de sus derechos que la misma priorización es un reto en sí; sin embargo, si nos enfocamos en la seguridad jurídica de sus territorios, podríamos empezar con la necesidad de modificar la Ley de pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario o contacto inicial, para lograr la intangibilidad absoluta de las reservas indígenas. Ello permitirá finalmente dotar a estos pueblos aislados de los máximos niveles de protección, salvaguardando su existencia. También debemos seguir trabajando por el cierre de la brecha de titulación de comunidades, sin dejar de asumir con responsabilidad el reto de solucionar todos aquellos problemas de superposición entre territorios comunales y otros derechos otorgados, esto con la finalidad de dar a nuestros pueblos la tan ansiada seguridad sobre sus territorios.
Estos son problemas y compromisos conocidos, espero que no tengamos que esperar otro año, otra pandemia o algún otro motivo, para que puedan ser solucionados.
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