La familia del artista se encuentra a la espera de que se produzca la repatriación del cuerpo.
A propósito del fallecimiento de la leyenda de la guitarra flamenca, Paco de Lucía, hacemos un recuento del último día del músico en la paradisiaca isla de Xpu-há, un lugar del Caribe mexicano a medio camino entre Playa del Carmen y Tulum.
Como hace casi 20 años, De Lucía llegó el domingo último a este refugio procedente de Cuba, sus hijos de 13 y 8 años lo acompañaban. Le gustaba pasar temporadas ahí. Decía que sus hijos podían jugar en la calle como lo hacían antes los niños en España.
Caracterizada por sus aguas turquesa, Paco se saciaba de la calma que brotaba del lugar y huir de las giras y del asedio de la prensa. Iván Ebergelyi, gerente de una antigua zona de playa usada por Paco, recordó que el artista disfrutaba mucho de la pesca y de cocinar pescado con arroz.
Pasado el fin de semana, el martes por la tarde Paco citó a su amigo Juan de Anyélica, de 46 años y afincado en México, pero nacido en Madrid y criado en Sevilla, músico como él, estaban tras un nuevo proyecto artístico.
Como cuenta un reportaje de “El País”, Paco aún jugaba el martes por la tarde con su hijo Diego sobre la arena cuando empezó a sentirse mal.
Paco fue llevado por su esposa Gabriela al hospital de Playa del Carmen. Con ayuda de su amigo Juan pudo entrar, apenas podía hablar. Dice Juan que desde la camilla aún tuvo fuerzas para pedir a gritos un médico. Luego se desmayó. Las labores de reanimación duraron casi una hora, pero el maestro ya se había ido. Tenía 66 años.
Desde entonces la familia del artista se ha encerrado en su casa. Solo los más íntimos. Juan y su mujer Marta Poot, aprovechan el atardecer para salir en silencio a ver el mar y los dos niños.
Se informó que el cuerpo del guitarrista espera en una funeraria de Cancún para ser repatriado a España. Los trámites ocupan al cónsul honorario de España en Cancún, Javier Marañón.
El único vuelo directo a Madrid sale el viernes y la opción de una escala es complicada. Dice Marañón. La posibilidad de un avión privado cuesta, según sus cálculos, unos 90.000 dólares.
Marañón contó que Paco de Lucía tenía un seguro con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), y se supone que este seguro se hará cargo del traslado.
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