El genio del terror se pronunció, a través de sus redes sociales, sobre las conjeturas de sus lectores, quienes relacionaron el COVID-19 con su novela posapocalíptica publicada en 1978.
Un virus gripal, creado en los interiores de un laboratorio como un arma biológica, se extiende por Estados Unidos y provoca la muerte del 90% de la población. Esa es la premisa que pone en marcha la trama “The Stand”, también conocida como “Apocalipsis”, una de las novelas más famosas de Stephen King.
Pero también es una ficción en la que muchos lectores han encontrado un correlato con la actualidad, a propósito de la expansión del coronavirus, enfermedad respiratoria que ha cobrado más de una vida en todo el mundo y hoy es calificada de “epidemia”. Aunque la realidad resulte menos grave que los hechos ocurridos en la novela, ¿qué opina el autor?
A través de su cuenta de Twitter, Stephen King decidió zanjar la comparación. “No, coronavirus no es como ‘The Stand’. No está ni cerca de serlo. Y es eminentemente sobrevivible”, afirmó. Asimismo, hizo un llamado a mantener la tranquilidad y protegerse. “Mantengan la calma y tomen todas las precauciones razonables”, añadió el escritor.
EL "PRESAGIO" DE DEAN KOONTZ
Esta novela posapocalíptica de Stephen King, publicada originalmente en 1978, no es el único libro relacionado con el coronavirus. Recientemente, llamó la atención que la novela “Los ojos de la oscuridad”, creada por Dean R. Koontz y publicada en 1981, “vaticinara” esta enfermedad gripal en uno de sus capítulos.
En el capítulo 39 de esta novela, “alrededor del año 2020”, un arma biológica denominada “virus Wuhan-400” irrumpe en un mundo imaginado por la pluma de Koontz. Aunque la historia de esta arma es una trama secundaria en la historia, las alusiones a una epidemia desatada por ella resultan sorprendentes, pues el autor se refiere a una neumonía expansiva.
Y no solo eso: esta enfermedad resulta inmune a los métodos con que suelen combatírsele y, además, su origen se ubica en un laboratorio militar en Wuhan (China), precisamente donde brotaron los primeros enfermos de coronavirus en nuestra realidad. A diferencia de otros autores de sci-fi, que reflejan en los zombis una forma de plaga, Koontz apostó por un padecimiento.
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