El homenaje al artista iqueño se realizará el lunes 17 de febrero, a las 7:30 p.m. en el Auditorio ICPNA Miraflores con ingreso libre.
Artista de compleja personalidad, Sérvulo Gutiérrez (Ica, febrero 1914 - Lima 1961) cultivó un expresionismo con tanta fuerza, destreza y singularidad, que es considerado el pintor peruano más representativo de su generación. Con motivo de las celebraciones por el centenario de su nacimiento, la Asociación Sérvulo Gutierrez organiza un gran homenaje, en el mismo mes que nació Sérvulo. Este evento se realizará el lunes 17 de febrero a las 7:30 p.m. en la Galería Germán Krüger Espantoso del ICPNA (Av. Angamos Oeste 120). El ingreso es libre.
Participan en ente tributo los destacados teatristas Ernesto Ráez y Delfina Paredes, el importante crítico cultural Jorge Villacorta, entre otras personalidades. Asimismo, se realizará una lectura de textos críticos sobre el artista, y comentarios del presidente de la Asociación, Max Gutiérrez Lucchini.
La Asociación Sérvulo Gutierrez, organizadora del evento, es dirigida por Max Gutiérrez y su esposa Celinda (Cely) Gutierrez, hermana menor del pintor, familiares que se han preocupado en mantener vivo el recuerdo de Sérvulo. Ellos conservan con devoción objetos personales del artista como su paleta, documentos, cartas y pinturas inéditas.
Sobre el artista
Sérvulo Gutiérrez Alarcón nace en Ica en febrero de 1914, quinto hijo de una familia numerosa dedicada tradicionalmente a la artesanía y la restauración artística.
Desde temprana edad trabajó en diversos oficios, como, por ejemplo, mozo de restaurante y peón en la construcción de la carretera Pisco-Castrovirreyna. Se dedicó también a fabricar huacos, con tal habilidad y maestría que muchos expertos llegaron a considerarlos auténticos. Ante la confusión, el propio Sérvulo declararía públicamente su autoría.
También actuó en el boxeo, llegando a ser campeón nacional de peso gallo. Incluido en el equipo peruano de este deporte, participó en el campeonato sudamericano efectuado en Córdoba, Argentina y resultó subcampeón en su categoría. Atraído ya por la pintura y con el deseo de perfeccionar sus conocimientos, permaneció en Buenos Aires y trabajó durante varios años al lado de Emilio Pettoruti. En Buenos Aires se casó con Zulema Palomieri y tuvo una hija, Lucy.
Luego se dirigió a París (1938-1940), donde estudió libremente pintura y escultura. Al estallar la segunda guerra mundial, volvió a Buenos Aires, repatriado. Fue entonces cuando conoció a Claudine Fitte, uno de sus grandes amores. Con ella retornó –vía terrestre– a Lima a fines de 1940, donde se convierte en uno de los grandes animadores de la activa vida bohemia limeña de los 50.
Con motivo de celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento del río Amazonas se realizó, en 1942, una exposición amazónica en la que obtuvo el primer premio con unas esculturas que representan a las “amazonas” como arqueras. Ellas se encuentran ahora en el Museo de Historia Natural Javier Prado, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Por ese tiempo pintó su famoso cuadro “Los Andes”, para muchos su obra maestra. Posteriormente, expuso varias escenas de la naturaleza iqueña en la entonces Galería de Lima. Aparecen en sus paisajes, el desierto de Ica con sus lagunas, pantanos y huarangos. Como pintor rechazó las pautas académicas y las modas informalistas.
En sus últimos años destacan sus cuadros sobre el Cristo de Luren y Santa Rosa. Una de las variantes de su pintura dedicada a la santa limeña la realizó en el muro de un bar. La intensidad de su vida, paralela a la de su obra, va consumiéndolo y en julio de 1961 fallece a la temprana edad de 47 años. Ese mismo año, el Instituto de Arte Contemporáneo organiza una exposición homenaje.
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