El autor del libro "Con todo, contra todos" asegura que el impulso de la clasificación peruana a Rusia 2018 se sentirá también en el ámbito de las letras.
En medio del 'boom' de diversas publicaciones sobre fútbol y la presencia de la Blanquirroja en un mundial luego de 36 años, José Carlos Yrigoyen presenta “Con todo, contra todos” (Penguin Random House, 2018), un libro que relata 50 años de travesía de la selección hasta la etapa de Ricardo Gareca como director técnico y la clasificación a Rusia 2018.
La idea de esta obra, que sistematiza en modo de una larga crónica el paso de nuestra selección durante medio siglo, nació cuando Yrigoyen cursaba el primer ciclo de universidad. Un cuaderno sirvió de bitácora para que el escritor recogiera los datos de los partidos. Un relato que terminó con un grito de clasificación después de una larga agonía.
Yrigoyen comenta que su obra se caracteriza por contar tres partes importantes de la historia de nuestra blanquirroja: el auge, caída y renacimiento de nuestro futbol en 50 años. El libro no solo incluye los relatos de los partidos más importantes, sino también pequeñas biografías de los principales íconos de nuestra selección: Cubillas, Cueto, Palacios, Solano y Guerrero.
En sus más de 400 páginas, vemos la evolución de una selección que cambió su forma de juego para lograr una proeza que parecía imposible. “Ahora tenemos jugadores comprometidos que son capaces de hazañas y triunfos, y eso es invaluable”, comenta Yrigoyen, esperanzado en que llegar a Copas del Mundo no sea más que algo cotidiano.
En el libro te defines como un seguidor obsesivo de la selección peruana.
Creo que hay tres tipos de hincha: el que sigue a la selección y ve los partidos, se emociona y va al estadio; el hincha que tiene un conocimiento de cultura general de la selección peruana, informado de las grandes figuras como Cubillas, que sabe sobre partidos importantes; y el obsesivo, que no se conforma solo con saber sobre mundiales y Copas Américas sino que quiere saberlo todo. Yo creo que pertenezco a ese tercer grupo.
¿Es el momento ideal para que el libro vea la luz?
Creo que esta circunstancia le dio al libro un final que estaba buscando, porque si terminábamos en un proceso en que no íbamos al mundial iba a quedar como un final abierto un poco frustrante. Tener esa nueva esperanza dio pie a escribir este libro.
La bibliografía sobre futbol peruano es poca a diferencia de otros países de la región. Con la clasificación al Mundial Rusia 2018, los títulos han aumentado, pero “Con todo, contra todos” es casi una investigación de la selección peruana. ¿Crees que estás sentando precedente?
Yo no soy historiador de carrera. Sé que mi libro no es un texto de historia desde el punto de vista académico, desde el prólogo deslindo con eso. Como escritor sí quería dar una narración como hincha agradecido que quiere contarle a otros lo que siente. He intentado que todos los hechos más relevantes de estos 50 años -y no sé si lo he conseguido- estén condensados en este libro. Que la gente pueda leer el relato y si no ha visto el partido, se lo pueda imaginar.
¿Hace falta trabajo de investigación para una bibliografía futbolística peruana más amplia?
Hay varias explicaciones para esto. En el Perú, yo entiendo que la situación se debe en parte a que tenemos 36 años sin hazañas, sin logros y es evidente que eso no motive a escribir sobre la selección peruana. También es cierto que el periodismo deportivo nunca ha asumido su tarea literaria de pasar más allá de la columna o la crónica del periódico. Ese también es un problema. Ahora, me parece que con la clasificación al mundial y con la buena participación que confío tendrá la selección, muchos escritores están estableciendo las bases para que emerja una literatura deportiva en el Perú o para que se funde una de verdad.
Es difícil ofrecer un relato objetivo cuando se es hincha…
Intento dar una versión de parte. Yo no asumo el compromiso de objetividad y cuento los acontecimientos con toda subjetividad. Yo quiero que el hincha se sienta identificado o discrepe con ese relato. Este no es un libro para estar de acuerdo con todo. Hay gente que puede decir que Pizarro le cae muy bien, que es un gran jugador. Yo tengo una visión más crítica de él. Esa discrepancia me parece genial porque lo que yo quiero con este libro es que se vea la pasión, más que una metodología para dar información.
Dividiste el libro en etapas consecutivas y que dan a entender cómo ha evolucionado la selección a lo largo de los años. ¿Cómo llegaste a esa segmentación de nuestra historia futbolística?
Todo se entiende en contexto. La historia que abarca el libro está dividida en tres períodos. La época dorada donde emergieron grandes jugadores como Cubillas o Cueto. La época oscura, esos largos 36 años donde no fuimos a los mundiales de fútbol y la selección cayó en un vacío emocional, psicológico y deportivo; y, la tercera parte, que es casi un epílogo, que menciona el proceso de reconstrucción del futbol peruano desde Markarián a Gareca.
Al final del libro resaltas el papel de Jefferson Farfán y Paolo Guerrero en el proceso de renacimiento de la selección peruana y los llamas “los dos futbolistas más talentosos de la época oscura de nuestro fútbol”.
De la época oscura que ya terminó. Tal vez no son tanto los más talentosos sino los más exitosos si contamos desde los años noventa hasta hoy. Han logrado que ese éxito se convierta en algo tangible, una situación que no se ve en jugadores como Palacios o Solano que por algunas circunstancias no lograron resaltar ese talento. Tengo la impresión de que son jugadores que crecieron con ciertas taras de la época oscura: el factor emocional y la falta de responsabilidad para asumir compromisos. Pero también creo que lograron transformarse y madurar para convertirse en esos jugadores excepcionales que concretaron el sueño de llevarnos al Mundial. Sin ellos, lo que estamos viendo hoy, definitivamente no sería posible.
Hubo una época en que el público veía más a ciertos jugadores que a un equipo completo. ¿Crees que ha cambiado esa visión?
Este sí es un equipo consolidado, un equipo que si le quitas una pieza no se viene abajo como pasaba en los últimos 15 o 20 años. Es la primera vez que un entrenador tiene un reto bonito: antes no se tenía 23 jugadores, teníamos 14 y si se lesionaba uno no sabíamos qué hacer porque no había quien lo supliera. Hoy tenemos a un entrenador que no solo tiene 23 jugadores sino que tiene otros más que podrían entrar. Ahora la discusión es quién juega para el Mundial. Y eso, más allá de la polémica coyuntural, esto es excelente: significa que hay un material que no teníamos antes. Es una situación que nos invita a no solo soñar con Rusia sino con los mundiales siguientes.
Una clasificación que se dio por gestión de Ricardo Gareca, a quien dedicas las últimas 30 páginas del libro. ¿Qué de diferente tiene este DT de los anteriores que tuvimos al frente de la blanquirroja?
Los dos directores que hemos tenido, nombrados por gestiones fracasadas como las de Delfino y Burga, gente que no tenía un plan, eran muy distintos más allá de que fueran buenos o malos: tenían distintas concepciones del juego. ¿Por qué? La gente que estaba al frente de la Federación eran personas improvisadas y que no sabían del fútbol. Cuando llegó Juan Carlos Oblitas, él sí tenía una mentalidad de juego, sabía qué hacer: conocía a Gareca como entrenador y estaba seguro que era la pieza que se necesitaba para establecer una propia característica de juego. La primera parte de la clasificatoria fue horrenda. Yo no voy a decir que confié en Gareca desde el principio, me parecía un buen entrenador pero hacía lo mismo que los otros, Sin embargo, llegó un punto, un cambio anímico que tiene que ver con los puntos que nos da el TAS y que se da en el momento justo en que los jugadores comienzan a entender a Gareca que se cambia todo. Ahí se conjugaron los astros.
EL DATO
El libro puede ser adquirido en cualquier librería del país y cuesta 49 soles. La presentación oficial se realizará en la primera semana de mayo.
Comparte esta noticia