El escritor peruano explicó el poco reconocimiento de la obra de Onetti "por su complejidad, que exige cierta tenacidad al lector, lleno de obstáculos".
El escritor Mario Vargas Llosa dedicó hoy el día del libro a Juan Carlos Onetti al presentar en París la traducción al francés de su obra "El viaje a la ficción", sobre el literato uruguayo, del que se cumplen cien años de su nacimiento.
"Me gustaría que este día fuera un homenaje a este gran escritor contemporáneo que, desgraciadamente no ha tenido el reconocimiento que merece su obra, una de las más importantes de los últimos años", afirmó Vargas Llosa en una multitudinaria conferencia en el Instituto Cervantes de la capital gala.
El escritor peruano explicó el poco reconocimiento de la obra de Onetti "por su complejidad, que exige cierta tenacidad al lector, lleno de obstáculos, su estilo laberíntico, frondoso, pero que si se salva, muestra un mundo de extraordinaria riqueza".
Vargas Llosa descubrió temprano a Onetti y pronto se interesó por su obra, pero fue a partir de la preparación de un curso universitario cuando recopiló todas las notas sobre el uruguayo, que posteriormente convirtió en "El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti", traducido ahora al francés.
"Onetti fue uno de los autores que nunca me defraudó, todos sus libros me intrigaban y sorprendía. Exploraba la visión de un mundo inventado de pies a cabeza por Onetti", afirmó ante un nutrido público entre quien se encontraba los escritores Jorge Semprún o Zoe Valdés, además del ex secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuéllar.
Acompañado del traductor de la obra, el francés Albert Bensoussan, que también ha traducido al francés obras de Onetti, Vargas Llosa comparó al escritor uruguayo con Balzac, por "la presencia de sus personajes y sus mundos en diversas de sus novelas y sus relatos".
También con Louis-Ferdinand Celine porque, según dijo el peruano, ambos crearon con extremada belleza un mundo decadente. "Demostraron que la literatura puede hacer que la mugre sea bella", dijo.
"En ese mundo pesimista que creó Onetti está la maldad, pero al tiempo es un mundo maravilloso por la excelencia del lenguaje, su riqueza persuasiva. Eso demuestra el poder de la lengua, lo que puede hacer el lenguaje en manos de un virtuoso", aseguró.
En esa dualidad encontró Vargas Llosa la esperanza, porque "un mundo no puede ser tan malo cuando produce algo tan bello como las obras de Onetti, la música de sus palabras, la coherencia de sus historias".
Aseguró que a Onetti "sólo le quedaba la literatura" porque su vida fue "modesta, austera, mediocre".
"Por eso se inmolaba al escribir, se entregaba a la literatura de forma integral", comentó. Si Onetti quiso morir en los mundos que creó, Vargas Llosa afirmó no querer vivir "en ninguna de sus historias, siempre plagadas de hombres despreciables que no inspiran solidaridad ni envidia".
Vargas Llosa afirmó no estar preocupado por sus propias influencias, pero reconoció que alguna debe de tener el uruguayo.
"He leído y releído tanto a Onetti que alguna huella tiene que haber en mi obra. Cuando un escritor te gusta tanto aprendes algo de él", dijo.
El peruano tuvo tiempo de comentar el discurso de aceptación del premio Cervantes de Juan Marsé, en el que el escritor catalán se definió como un contador de historias.
"Lo difícil es contar bien una historia y depende de como se cuente esa historia es grande o más pequeña", afirmó Vargas Llosa para zanjar la polémica entre el fondo y la forma.
Sobre la "literatura del ombligo" que dijo despreciar Marsé, el peruano afirmó que tampoco le atrae mucho, pero que puede ser de gran calidad y puso como ejemplo a James Joyce.
-EFE-
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