En el 2010, Mario Vargas Llosa se convirtió en el primer peruano en obtener el Nobel de Literatura. El autor se encontraba en Nueva York preparando un clase: no esperaba su nominación y menos su triunfo.
En el 2010, Mario Vargas Llosa se convirtió en el primer escritor peruano en obtener el Nobel de Literatura. Una noticia que llegó en la mañana del 7 de octubre, hace ya 10 años. Eran las 5 a.m. y Vargas Llosa se encontraba en Nueva York -preparando su clase para el curso "Filosofía de la escriura" que impartía en la Universidad de Princeton- cuando recibió una llamada. Era el secretario general de la Academia Sueca, quien le comunicaba la noticia.
“Me alegra que esta sea una manera de premiar a muchos otros compatriotas escritores que también han sido merecedores de este premio. Este es un triunfo no solo para mí sino para todos los peruanos”, dijo entonces. Asimismo anunció que tenía pensado regresar al Perú en diciembre. “Siempre paso los meses de verano en Lima donde tengo todavía familia, tengo mis libros y sobre todo muchos amigos”, compartió a los medios ese 7 de octubre del 2010.
“Yo hace muchos años que no pensaba que estaba entre los candidatos. Ha sido una sorpresa mayúscula esta mañana, ni siquiera en estos días tenía el recuerdo que se estaba dando este premio por estas épocas. Ha sido una gran sorpresa y en primer momento pensé que si no era una broma”, respondió Mario Vargas Llosa cuando se enteró que se convirtía en el Nobel de Literatura.
LA CEREMONIA
El 7 de diciembre del 2010, Vargas Llosa recibió el galardón. Una pequeña delegación peruana ─entre los que se encontraban la familia del escritor, amigos como el fallecido Fernando de Szyszlo y autoridades─ viajó hasta un Estocolmo bajo cero para ser parte de la celebración. Dicen que los suecos no habían visto nunca tanta algarabía.
Beatriz Merino, ex Defensora del Pueblo, fue una de las personas que estuvo presente cuando Mario Varga Llosa recibió el Nobel que otorga la Academia Sueca. Ella recordó un detalle poco conocido de aquel viaje: "cuando salimos de esa ceremonia del discurso de aceptación del premio Nobel, los peruanos subimos a un autobús. De pronto y espontáneamente, todos empezamos a cantar. El himno de Arequipa retumbó en Estocolmo".
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