RPP Noticias conversó con la cantante Susana Baca a propósito del libro infantil, escrito por Jeremías Gamboa, que se ocupa de su vida y los momentos claves de su trayectoria musical.
Si de una crisis sanitaria, como la producida por la pandemia de la COVID-19, Susana Baca pudo sacar adelante el disco "A Capella" desde su casa-estudio en Cañete y ganar, en el camino, un Latin Grammy, cabe preguntarse: ¿qué más puede ofrecer su voz ahora que ya está vacunada contra el virus, recuperada de la incertidumbre que la rodeó en aquellos primeros días de cuarentena?
Más proyectos, por supuesto. Entre ellos, según reveló la artista a RPP Noticias, un álbum de homenaje personal a Chabuca Granda y un concierto, titulado "Decires y cantares", con temas trabajados junto con Alonso Cueto y dedicado a honrar los cien años de la música del Perú en el marco del Bicentenario. La ansiedad que la perseguía al inicio de la pandemia "ha bajado", sostuvo. "Porque no nos hemos detenido", acotó.
Esta afición por mantenerse siempre en marcha, incluso en tiempos recios, no es inusual en la vida de Susana Baca. Muestras de sus luchas y su energía, del encuentro de su vocación y los momentos claves que la definieron como una de las cantantes más emblemáticas de la música peruana, están recogidas ahora en un libro infantil, publicado por Ediciones Pichoncito en su colección "Peruanos Power".
Gracias a la pluma del escritor Jeremías Gamboa y las ilustraciones de Ángela Atuesta, niños y niñas podrán descubrir cómo las adversidades, en una artista que se sabe dueña de sí misma, pueden convertirse en la fuerza necesaria para reafirmar sueños y esperanzas. Una peruana power, eso es Susana Baca.
No es la primera vez que escriben sobre su vida y, sin embargo, ¿qué siente al ver su historia en un libro para niños?
A mí me ha parecido muy hermoso este trabajo. Porque es una colección, que se llama Peruanos Power, y entonces la vi y me gustó muchísimo. Me hicieron la propuesta de hacer esta edición, pensando en una peruana importante y que su vida puede servir para los niños. Acepté y, además, la historia la ha escrito Jeremías Gamboa. A Jeremías lo conozco hace tiempo, nos conocimos a través de una entrevista justamente, y yo compartí con él muchas cosas de mi infancia, de mi vida, y él encontraba un nexo muy profundo con lo que había él vivido también en otra generación.
Le hace una linda dedicatoria al inicio del libro.
Me emociona leerla y releerla. Dice cosas hermosas y siento que él está diciéndome cosas muy cercanas al corazón. "Entonces la quise más"..., es muy bonito cómo acaba eso.
Así como, probablemente, este libro que da cuenta de sus luchas inspire a niños y niñas, usted forjó su vocación como cantante con la lectura. ¿Qué tanto le debe?
Yo le debo a la poesía. Tengo acá muy cerca al poeta José Ruiz Rosas, a Carlos Germán Belli, y me propongo cantarlos. Me han ayudado algunos compositores a encontrar melodías para cantar esto. Es un trabajo que lo estoy haciendo poco a poco, sin apuro, solo con la idea de encontrar la mejor versión, que el poema y la música se encuentren. Debo mucho a los libros, porque fueron mis compañeros en muchos momentos. Pude ver una gran cantidad de libros cuando tuve la suerte de conocer a Chabuca Granda y ella me abrió las puertas de su casa y, también, de su biblioteca. Podía sentarme ahí horas a leer. Después viví muy cerca de Carmela Miranda, esposa del historiador Juan José Vega, que fue mi maestro y me prestó muchísimos libros. Los libros fueron mi refugio y, también, mi manera de escaparme de la realidad, que a veces es muy fuerte y, para una persona que lo siente todo, te hace daño.
¿Hay lecturas que, con los años, a usted le deben quedar más prendadas que otras? De repente algunos poemas o versos que lleva consigo.
Los "5 metros de poema" de Carlos Oquendo de Amat. Hicimos una canción con "Poema". Después de oír tantos valses que dicen a la mujer cosas horribles, leer un poema que diga: "Mujer / mapa de música claro de río fiesta de fruta"... ¡Qué imágenes tan bellas! Y son dedicadas a la mujer. "Déjame que bese tu voz / tu voz / que canta en todas las ramas de la mañana". Y Manuel Scorza con el poema sobre las muchachas...
Este libro sobre su vida también habla del racismo que debió enfrentar en los inicios de su carrera. ¿Cómo cree que hemos avanzado para erradicarlo?
Es una enfermedad que hace mucho daño a nuestro país, y con mucha tristeza, después de estas elecciones, nos damos cuenta de que seguimos enfermos de racismo. Es terrible verlo en las expresiones de la gente. Darte cuenta de que hay actitudes racistas y a veces la gente ni cuenta se da, como que es una costumbre. Siento que nos falta educarnos en cuanto a la democracia, ver las diferencias que tenemos. Somos un país tan lleno de expresiones, y de gentes, y matices de colores de piel y maneras de hablar, que yo siento que es una riqueza. Pero hay gente que siente que no. Es muy triste ver que en Lima hay gente despreciando a la gente de la sierra y la selva, maltratándolos, y es pura ignorancia.
Un detalle interesante es su encuentro con el músico escocés David Byrne, tan importante quizás como su reunión con Chabuca Granda. ¿Cómo recuerda este episodio?
Fue algo muy mágico y muy de circunstancia. Un hombre, que es argentino y habla muy bien el inglés, le dio clases de español a David Byrne, que emprendía una gira por Sudamérica. Entonces, para las clases de español, le llevó una grabación que había hecho de mí cantando "María Landó". Y entonces David Byrne escucha y empieza a indagar. Como a los meses, me llaman de su oficina y me preguntan si puedo tener una cita con él, porque venía al Perú y quería entrevistarse conmigo. Le pregunté a los hijos de mis amigos, porque de rock sabía muy poco, y me dicen: "¡David Byrne, Talking Heads!". Y uno de ellos me prestó un video y lo pude ver tocando con su grupo. Fue todo un descubrimiento para mí.
¿Qué hicieron cuando llegó a Perú?
De su oficina nos invitaron a un restaurante, pero los invité a mi casa, donde hice un pastel de choclo y unas alitas de pollo. Y bueno, nos hicimos amigos hasta el día de hoy. Claro, la comunicación es más esporádica. Yo sé de cosas que hace, cuando paso por Nueva York él pasa por donde canto, hemos presentado nuestro libro allá... Yo creo que quedó para siempre una relación muy hermosa y saqué muchos discos con su sello Real World.
Además de relatar cómo usted encuentra su vocación por la música, y también la manera en que se enfrenta a ciertas adversidades, el libro deja la sensación de que hay en usted una afición por celebrar la vida, su esencia, sus raíces.
Creo que tienes razón, no me había fijado en esto. Creo que celebrar mi raíz, esta manera de ser que tenemos los negros y en el Perú, ¿no?, siento que es una fuerza interior que me hace subirme al escenario y entregar algo que a la gente le gusta. La gente se siente bien cuando yo canto, se van del concierto con una sonrisa en los labios, y se van caminando a sus casas y se sienten motivados y me siguen escuchando, se bajan mis canciones. Creo que tengo una conexión con la gente a través de esa celebración de mis orígenes.
La última vez que conversamos usted había ganado un Latin Grammy y me comentó que tenía dos proyectos nuevos. Uno de ellos, un disco titulado "Palabras Urgentes", de fuerte contenido político. Frente al ambiente de zozobra que han dejado estas elecciones, ¿qué lugar ocupa la música?
La música siempre está para acompañar el alma de la gente. Claro, tú dirás, eres músico, pero me ha tocado en estos días escuchar a compositores haciendo cosas acerca del problema mundial que es la conservación del medio ambiente. Todas las canciones están dirigidas a eso: cuidar la tierra, tu lugar, tu casa. Me emociona escuchar a estos jóvenes, porque es como si fuera la nueva canción protesta de estos tiempos. Creo que los jóvenes que salen a las calles y reclaman y piden por la democracia, por el respeto hacia las personas, eso tiene música. Están componiendo sus canciones que acompañan sus momentos de vida. Por eso, un éxito maravilloso fue René Pérez con su grupo Calle 13. Lo mismo siento yo por la canción de Fito Páez. Yo repetía como un mandra, todos los primeros días de la pandemia y el confinamiento: "Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón". Y eso lo repetía y lo cantaba mientras hacía pan, cocinaba, salía a caminar por la playa. La música acompaña en estos momentos.
Ahora que ya está vacunada contra la COVID-19, ¿hay planes para retomar una pequeña gira?
Sí, hay propuestas, pero las cosas se han cortado ahora. Algunas productoras han desaparecido, se han creado otras. Tengo propuestas para viajar a Europa, que es donde más he dado conciertos, pero todavía es difícil. La música hace falta, pero es costoso viajar con todos los músicos. Seguramente van a abrirse los caminos y, por lo menos, en septiembre está lanzándose "Palabras urgentes" que ya tiene carátula, y esperamos tener que ir a cantar para esos lanzamientos.
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