El escritor peruano reivindicó en su discurso el "compromiso cívico" del escritor y el papel de la literatura como una herramienta para espolear el espíritu crítico de los ciudadanos.
El nobel de literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, fue nombrado doctor "honoris causa" por la Universidad Nova de Lisboa, ante la que defendió la literatura como "arma" para combatir los "demonios y males" de la sociedad.
El escritor peruano reivindicó en su discurso el "compromiso cívico" del escritor y el papel de la literatura como una herramienta para espolear el espíritu crítico de los ciudadanos.
En su discurso, reflexionó sobre la "polémica" abierta entre autores contemporáneos que opinan que la literatura consiste en un "entrenamiento y placer" y que otorgarle una función política puede resultar "arrogante", frente a aquellos "más anticuados" que ven en este arte un significado más social.
Vargas Llosa se identificó con este último grupo y defendió que "con las palabras se puede influir en la historia" y la pérdida de este objetivo en la obra literaria "empobrecería" a la sociedad en su conjunto.
En su opinión, ese poder de la ficción literaria se manifiesta en especial en dictaduras y gobiernos que buscan el control de la cultura como un mecanismo de constricción social.
"La literatura es aparentemente inofensiva", señaló, pero esas "músicas creadas con palabras" son las responsables de denunciar que "la realidad está mal hecha" y de "mantener vivo ese espíritu de insatisfacción" en la sociedad.
EFE
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