En el Día del Libro, conversamos con una editora, un comunicador y una promotora de la lectura para conocer de cerca el potencial del audiolibro en el mercado editorial.
Mientras caminaba, o cocinaba, o iba en el auto de regreso a su casa, el comunicador Miguel Flores-Montúfar pensó que sería una buena idea llenar esos tiempos vacíos oyendo un podcast. Eran actividades que no requerían una gran atención de su parte y le permitían concentrarse en escuchar lo que sea de su interés, tal y como lo haría alguien que pone su música favorita al mismo tiempo que barre. Fue ese "el primer paso", sostuvo en entrevista con RPP Noticias, "para la escucha de audiolibros".
Por una situación parecida atravesó Laly Arce, quien desde su cuenta de Instagram promueve la lectura desde distintos formatos. "Puedo escuchar los audiolibros mientras avanzo cosas manuales que no me implican un gran razonamiento mental", subrayó. ¿Qué ocurre en nuestra cabeza cuando escuchamos un cuento? Si los poetas recomiendan leer en voz alta los versos, ¿por qué algunos puristas consideran una trampa que dejemos de usar los ojos para acercarnos a una novela, por ejemplo?
En septiembre de 2019, investigadores del Gallant Lab de la Universidad de Berkeley publicaron un estudio en el Journal of Neuroscience, donde comparaban a través de un escaneo cómo reaccionaban los cerebros de nueve participantes que leían y escuchaban una serie de cuentos tomados del programa The Moth Radio Hour. Encontraron que el sonido de las palabras activaba las mismas regiones cerebrales que cuando eran leídas; es decir, identificaban los significados de manera muy similar si escuchaban o leían las historias.
Los audiolibros, sin embargo, ofrecen probablemente una mayor variedad de experiencias. Para Arce, existen hasta tres categorías: los "regulares", donde "hay un narrador que cuenta absolutamente todo el libro físico, detalle a detalle"; los full cast, con "muchos narradores y actores de voz que interpretan cada una de las cosas que suceden y muchas veces no coinciden con el texto"; y los graphic audio, que son "una reinterpretación del texto", con un elenco que interpreta los roles "con sonidos de fondo, pausas necesarias, cortando y adaptando el texto en papel".
Los audiolibros, un mercado con potencial
Los audiolibros ya existían desde antes de que Spotify o YouTube llegaran a nuestras vidas. Se oían en cidís o casetes, e incluso eran un formato que los invidentes utilizaban para aproximarse a un libro de negocios o una novela de Jane Austen. Las radionovelas, que en RPP Noticias continúan vigentes gracias al renovado podcast de "Mi novela favorita" (con introducciones del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa), ya cautivaban a los audiolectores de principios del siglo XX.
Sin embargo, hoy se vive un auge de la oferta sonora gracias al creciente consumo del podcast, potenciado durante el confinamiento provocado por la pandemia. ¿Ocurre lo mismo en nuestro país? Para María Fernanda Castillo, gerente editorial de Planeta Perú, hay razones para ser entusiastas, pese a que las cifras de ventas sigan "siendo muy pequeñas". "Ha crecido de manera exponencial, es un mercado incipiente, con mucho potencial de crecimiento, pero todavía bastante costoso en términos de producción", comentó.
Y es que producir un audiolibro es un proceso complejo y "bastante más caro", en palabras de Castillo. "Implica no solo que el libro ya esté publicado, con todos los costos que exige, sino que luego hay que contratar un estudio, así como un profesional, que es actor o locutor, para que haga la lectura de cada texto (...) lleva un tiempo adicional de producción", indicó. En Perú, Planeta se sumó a producir este formato en 2018, al inicio "tímidamente", y hoy realizan alrededor de 25 audiolibros locales, más allá de su propuesta internacional que es "bastante grande".
Por supuesto, existen plataformas que ofrecen narraciones sonoras, como Storytel, considerada el Netflix de los audiolibros, o Audible, sin contar los títulos gratuitos que están disponibles en YouTube, Spotify, o la misma Biblioteca Nacional del Perú. Así como un lector valora mucho una buena edición de un libro, los oyentes, según Flores-Montúfar, aprecian mucho si un audiolibro "si está narrado por un actor o una actriz de primer nivel, si la voz no es monótona, si ha sido revisado o corregido el texto".
Democratizando el libro
En otros países, apuntó Flores-Montúfar, existen editoriales con sus propias productoras de audiolibros. Incluso, hay los autores que deciden llevar a esta modalidad sus propios textos, como ocurrió con el español Jorge Carrión y su novela "Membrana", o clásicos grabados por estrellas de Hollywood, como pasó en 2016 cuando la Universidad de Plymouth convocó a Benedict Cumberbatch, Tilda Swinton, entre otros, para llevar al audio el "Moby Dick" de Herman Melville.
¿Podría decirse que el formato audio ayuda a democratizar el libro? Para Laly Arce, eso ya es un hecho. "Hay muchas personas para las que ver el libro en papel —la envergadura del tamaño, el tipo de letra— les intimida. Les parece un objeto sagrado. Pero los audiolibros se sienten más dinámicos, lúdicos, y ya existen bibliotecas digitales públicas para que puedan probarlos", argumentó.
En esa línea, María Fernanda Castillo opinó que los audiolibros son un "formato muy accesible" en un mundo en el que "cada vez hay menos tiempo para juntarse a leer". "Te da la posibilidad de seguir al tanto las novedades literarias y no dejar de hacer otras cosas", manifestó. Flores-Montúfar añadió: "Creo que cada vez hay más oyentes. Normalmente, las industrias culturales en el Perú no son de vanguardia, pues esperan que el público demande algo para lanzarse a hacerlo". Pero el orden de las cosas parece estar cambiando. Menos mal, para bien.
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Aura
El mexicano Carlos Fuentes nacido panameño, hijo de diplomático, pasó una infancia muy viajera viviendo en diferentes países, algo que trasladó a su literatura. Es uno de los grandes escritorios del siglo XX y forma parte del llamado boom latinoamericano. “Aura” es una novela corta de género fantástico.
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