La exposición "Pintura Cusqueña" nos demuestra por qué debemos enorgullecernos de nuestro arte, tanto como de nuestra gastronomía.
La muestra “Pintura Cusqueña” que se exhibe en el Museo de Arte de Lima (MALI), hasta el 29 de enero de 2017, coincidió con el incendio de la Iglesia de San Sebastián en Cusco, donde 24 obras de la Escuela Cusqueña desaparecieron completamente, incluyendo el deterioro del altar mayor que era un retablo, de tres cuerpos, con columnas salomónicas y nichos en sus columnas que guardaban lienzos de santos católicos.
Muchos cometen el error de valorar algo después de haberlo perdido, por eso RPP Noticias visitó esta muestra que presenta una selección de 100 pinturas de Arte Cusqueño en el MALI y fue financiada por el Banco de Crédito, bajo la curadoría de Ricardo Kusunoki y Luis Eduardo Wuffarden.
Génesis artístico. Los inicios del Arte Cusqueño se remontan a 1583, con la llegada del pintor italiano Bernardo Bitti, quien tuvo el encargo de decorar el retablo mayor durante la construcción de la Gran Catedral de Cusco. Bitti incorporó una técnica que era toda una sensación en Europa: el Manierismo, un estilo surgido del Renacimiento, y que se definió como la imitación de la ‘maniera’ de los grandes maestros del Alto Renacimiento, como Miguel Ángel o Tiziano.
“La importancia de esta escuela de pintura es muy grande porque constituye una de las manifestaciones más notables de la cultura colonial en su conjunto. Es una producción artística que se proyectó hacia todo el continente y que tiene dentro del saber popular un lugar importante pero el estudio científico se ha ido postergando”, señala Wuffarden.
Una triste característica de la Escuela Cusqueña es su anonimato. Muchas de estas bellas obras son admiradas tres siglos después, y nunca se sabrá quién fue el artista que puso su talento sobre el lienzo. “En el S. XVII hay una serie de nombres documentados, pintores que firman, pero en el momento de auge de los grandes talleres cusqueños, la gran producción es anónima. Tenemos pinturas de gran calidad, pero sin firma”.
Tiempo cíclico. Para el crítico de arte David Flores, la influencia de esta corriente cusqueña no solo ha sido para todo el continente en sus épocas de desarrollo, sino que después de trescientos años, los artistas contemporáneos se acogen a ella para su estudio, valoración e inspiración.
“Hay un proyecto específico que varios artistas contemporáneos han trabajado que se llama ‘Arte y Semejanza’. Ellos plantean la contemporaneidad a partir de la iconografía virreinal, esto nos hace pensar que el tiempo es cíclico, no es tan lineal como lo hemos entendido”.
Diferencias con la escuela europea. Si el Manierismo europeo y el Bajo Renacimiento inspiraron al Arte Cusqueño, ¿cómo podemos diferenciar estos lienzos de los clásicos europeos? “En primer lugar, el desdén por la perspectiva, es decir por la ilusión espacial dentro del cuadro”, explica Luis E. Wuffarden. “La pintura tiene a ser plana. Uno de los factores que contribuyen a eso es el uso del sobredorado, el cual se aplica sobre la vestimenta de los personajes sagrados y forma una especie de malla que va aplanando la imagen. Por otro lado, tenemos el fondo oscuro, plano, que destaca la figura”.
“En la escuela cusqueña hay una tendencia a la convención, al idealismo de los rostros. Son rostros muy convencionales, no son tomados del natural. Eso es algo que distingue a la pintura cusqueña de la española donde el naturalismo fue un factor importante”.
El Perú en su arte. Si aún no encuentras razones para tomar el Metropolitano y llegar al centro de la ciudad. O si te quedaste en el frontis del MALI (donde decenas de personas se reúnen jugando Pokémon Go) pero no te animas a entrar, te contamos que esta es la mejor forma de conocer la historia del Perú a través del arte.
“En esta exposición vamos a encontrar la historia del Perú. Tenemos una historia contada a partir del poder, las luchas internas en este contexto colonial. Hay un contexto que fue intenso, vital, para entender esos siglos de presencia colonial e incluso el momento del mestizaje. El Perú no solo repetía el estilo europeo sino que desarrolló su propio estilo. Esto es lo que cualquier estudiante o persona interesada en los procesos históricos puede conocer”, reflexiona David Flores.
Cusco es el ombligo del mundo, pero también el corazón del Perú. Si usted, dícese peruano de pura cepa, orgulloso de su comida, que canta el Himno Nacional cuando juega la Selección y come su turrón en octubre, siga enarbolando la peruanidad con una visita a la muestra “Pintura Cuzqueña” que va de martes a domingo de 10:00 a 19:00 y sábados hasta las 17:00. Si deseas mayor información sobre los precios, puedes dar click aquí.
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