Sin turistas ebrios en las plazas, Huancavelica invita a reflexionar en Semana Santa. La pasión de Cristo se representa a más de 4 mil metros de altura.
Semana Santa es la ocasión perfecta para que miles de personas salgan de la rutina y hagan turismo interno. Uno de los destinos más recurrentes es Ayacucho, donde la religiosidad y la diversión van de la mano. Sin embargo, Huancavelica es una alternativa para aquellos que prefieren mantener el propósito de esta fecha: reflexionar acerca de la muerte de Cristo para salvarnos de nuestros pecados.
Una de las actividades más populares en la conocida ‘Tierra del Mercurio’ (por sus yacimientos explotados en épocas de la Conquista) es el vía crucis, o vía dolorosa, que se realiza a más de 4 mil metros de altura, conocido como “El vía crucis más alto del mundo”.
La preparación para presenciar las 12 estaciones de Cristo empieza en el centro de la ciudad. La Plaza de Armas se convierte en el punto de congregación de cientos de fieles, en su mayoría vecinos de la zona.
El grupo de teatro Karol Wojtila, integrado por actores huancavelicanos, representa desde hace más de una década esta costumbre. Ellos mismos se encargan del montaje, del vestuario, de los equipos de sonidos y de la utilería. Luis Felipe Manrique es el encargado de dar vida a Cristo desde el 2006 (a excepción de 2017, cuando la labor fue encargada a otro actor).
PEREGRINACIÓN DE LARGO ALIENTO
La escena de la primera estación de Cristo (el juicio de Poncio Pilatos) se realiza en el frontis de la Catedral San Antonio de Padua. Ahí, las personas siguen atentas cada uno de los momentos en los que Jesús fue ajusticiado, azotado y condenado a transitar su largo calvario. Esta vez no es el Gólgota sino el Cerro Oropesa, ubicado a 4300 metros de altura.
“El papel (de Cristo) es muy exigente. La subida es muy empinada, hay que prepararse física y espiritualmente. Es una labor muy complicada, pero gracias a la preparación espiritual puedo sacar esa fuerza interna que me permite salir adelante”, cuenta a RPP Noticias el actor Luis Felipe Manrique.
El trayecto es agotador. Para las personas que no están acostumbradas a la altura, la falta de oxígeno se siente solo tras unos minutos. El propósito reflexivo de la Semana Santa se cumple a cabalidad. Cientos de personas son movidas por su fe, y también por algunos azotes que los soldados romanos lanzan al público para que despejen el camino.
Por las calles de Huancavelica el ambiente es doloroso. La actriz que interpreta a María, la madre de Jesús, llora desconsolada ante cada azote. Los feligreses acompañan con paso lúgubre. Saben lo que va a suceder.
UN CRISTO ORGULLOSO
A los pies del Cerro Oropesa comienza el verdadero calvario. No solo para los actores, sino también para los fieles. Paso a paso, escalón tras escalón, el ascenso al cerro Oropesa es tan duro como si cada quien cargara su propia cruz.
El vía crucis representa el dolor, la pasión y la muerte de Cristo. De esto se encarga el actor Luis Felipe Manrique, quien asegura que interpretar al hijo de Dios le genera dos conflictos muy marcados.
“El primero es el orgullo, por tratarse de un papel tan importante para la humanidad. Y lo otro es que no me siento digno para interpretar este papel tan grande”, cuenta a RPP Noticias.
El Oropesa se ubica al noroeste de la Plaza de Armas y alcanza una altitud que supera los 4 mil metros. En su cumbre tiene un mirador y una iglesia. Desde hace 5 años, el cerro cuenta con escaleras de piedra que facilitan -si cabe el término- el ascenso en el vía crucis.
En la cima del Oropesa se procede a la famosa escenificación de la crucifixión. Jesús, el ladrón bueno y el ladrón malo (nombrados en los evangelios apócrifos como Dimas y Gestas) son colocados en sus respectivas cruces. A más de 4 mil metros de altura y a 6 grados de temperatura, la resistencia de estos actores (que visten paños menores) es digna de admirar.
“En realidad esta es una escenificación. Uno no quiere sentirse el héroe, pero tratamos de que el vía crucis se vea real, aunque escenificado. Eso no evita que a veces a uno que otro [soldado romano] se le escape un buen azote y hay que aguantar no más”, afirma Manrique.
La cifra total se conoce al final. Cerca de mil personas acompañaron al grupo Karol Wojtila en el vía crucis. Desde lo más alto del cerro Oropesa, con la espectacular vista de la ciudad, un pueblo entero se entrega a la religiosidad.
Huancavelica aún no está considerada en la agenda de muchos viajeros por Semana Santa. No obstante, se trata del escape ideal para aquellos que no quieren ver desprestigiada la fecha con borracheras, juergas y desenfreno. En viernes Santo, el pueblo duerme apacible. Ha muerto Cristo y a las 12 de la noche casi no se ven almas en la calle.
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