La empresa de fertilizantes Yara International advierte que ambos países en conflicto, Rusia y Ucrania, son grandes exportadores de alimentos esenciales.
El suministro mundial se alimentos se está viendo amenazado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, advierte la empresa fabricante de fertilizantes Yara International.
Tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de algunos de los insumos más esenciales para la producción de alimentos.
En conjunto Rusia y Ucrania representan alrededor del 29% de las exportaciones mundiales de trigo, el 19% de los suministros globales de maíz y el 80% de las exportaciones de aceite de girasol.
"Con las condiciones geopolíticas desequilibradas, las mayores fuentes de materia prima para la producción de alimentos en Europa están sujetas a limitaciones y no hay alternativas a corto plazo", indicó el fabricante noruego en un comunicado.
Además de esto, Rusia también exporta nutrientes para cultivos y gas natural, que es fundamental para producir fertilizantes a base de nitrógeno.
En total Rusia provee el 25% del suministro europeo de nitrógeno, potasio y fosfato, nutrientes cruciales para los cultivos.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) considera que la invasión a Ucrania tendrá un impacto dramático en la logística para llegar a las 120 millones de personas a las que alimenta y advirtió que los costos de alimentos, combustible y envíos "se dispararían".
La situación ya ha ido escalando en las últimas semanas, con los precios futuros del trigo en su nivel más alto en casi 14 años debido a que se teme una interrupción prolongada de los suministros globales.
En tanto, el maíz ahora se encuentra cerca de un máximo de ocho meses debido al temor de que el conflicto pueda obstaculizar la siembra de primavera.
"Una posible consecuencia es que solo la parte más privilegiada de la población mundial tenga acceso a suficientes alimentos", señala la empresa Yara.
Pese a que los precios altos de los insumos podrían tener un impacto positivo en las ganancias de los productores agrarios a corto plazo, esto implicará un sistema alimentario insostenible, lo que conduciría al hambre.
Ante esta situación, Yara señala que es crucial que la comunidad internacional se una y trabaje para asegurar la producción mundial de alimentos y se reduzca la dependencia de Rusia en materias primas.
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