El Gobierno de Obama deja así entreabierta la puerta a la compañía canadiense TransCanada, que se encargaría de construir el conducto.
El Gobierno de EE.UU. anunció hoy su decisión de rechazar el permiso a la construcción de un oleoducto que debía recorrer desde Canadá al golfo de México, un proyecto alabado por la industria y condenado por grupos ecologistas.
"El Departamento de Estado recomendó hoy al presidente (Barack) Obama que se niegue el permiso presidencial para el proyecto del oleoducto Keystone XL y que, en este momento, se determine que el oleoducto no responde al interés nacional", indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
"Tras leer el informe del Departamento de Estado, estoy de acuerdo", dijo en otro comunicado Obama, quien había delegado el proceso de evaluación del proyecto en la secretaria de Estado Hillary Clinton.
La negativa a conceder el permiso, justificada por el "insuficiente" plazo de tiempo otorgado por el Congreso para tomar una decisión, "no excluye cualquier solicitud de permiso posterior, ni solicitudes para proyectos similares", subrayó el Departamento de Estado.
El Gobierno de Obama deja así entreabierta la puerta a la compañía canadiense TransCanada, que se encargaría de construir el conducto.
El proyecto de oleoducto, de 2.735 kilómetros de extensión, tenía como objetivo transportar petróleo desde Alberta (Canadá) hasta la costa de Texas, y en un principio estaba previsto que atravesara los estados de Montana, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas y Texas.
No obstante, a principios de noviembre, el Departamento de Estado decidió evaluar una ruta alternativa que esquivara un área protegida en Nebraska, lo que aplazaba su veredicto sobre el asunto hasta comienzos de 2013.
El Congreso, sin embargo, aprobó en diciembre una ley que exigía a Clinton completar la evaluación del proceso antes del próximo 21 de febrero, un límite "apresurado y arbitrario", según Obama.
"Este anuncio no es una evaluación sobre los méritos del oleoducto, sino sobre la naturaleza arbitraria de una fecha límite que ha impedido al Departamento de Estado recopilar la información necesaria para aprobar el proyecto y proteger a los estadounidenses", dijo el mandatario.
El Gobierno de Obama calculó en un principio que el proyecto podría crear al menos 5.000 empleos sólo en el sector de la construcción en Estados Unidos, por cada año que durara la edificación.
Los detractores de Keystone XL insisten en los daños ambientales que el proyecto ocasionaría en la zona, especialmente por un incremento en la emisión de gases y la desestabilización de los ecosistemas de la costa.
La industria petrolera defiende en cambio, que el conducto ayudaría a reducir la dependencia del crudo extranjero, especialmente de Oriente Medio, y orientaría la cooperación hacia Canadá, que ya es en la actualidad el principal suministrador de petróleo de Estados Unidos.
EFE
Comparte esta noticia