
La economía peruana registró un crecimiento anual de 2.7% en febrero del 2025 por debajo del resultado de enero (4.1%) y su menor ritmo desde junio de 2024 (0.3%). Esto se debe, en buena parte, a que febrero tuvo un día menos de actividad en comparación con febrero del 2024 (año bisiesto).
Principales resultados
El resultado de febrero estuvo liderado por el crecimiento de los sectores no primarios (2.8%), aunque estos registraron el dinamismo más bajo desde junio 2024. En particular, las actividades vinculadas al consumo de comercio (3.1%) y servicios (3.0%) crecieron menos que en el mes anterior (3.2% y 3.5%, respectivamente). Esto estuvo explicado, principalmente, por el efecto del año bisiesto y el cierre transitorio de centros comerciales, que afectó a rubros de servicios como restaurantes. Por su parte, entre los sectores vinculados a la inversión, la construcción creció 5.9% ante un desempeño favorable en el avance de obras públicas en los tres niveles de gobierno (10.4%) y un mayor consumo interno de cemento (4,6%).
En tanto, los sectores primarios crecieron 2.3% en febrero y acumularon cuatro meses en terreno positivo. No obstante, presentaron resultados mixtos. Por un lado, el agro creció 4.3% por un desempeño favorable de cultivos destinados a la exportación como la uva (97.1%) y el mango (56.7%). Además, la pesca creció 24.6% ante una mayor captura destinada al consumo humano directo (congelados, enlatados y frescos) y un mayor desembarque de anchoveta en la zona sur. Con ello, una mayor elaboración de harina y aceite de pescado contribuyó al crecimiento de la manufactura primaria (15.1%). Estos resultados fueron parcialmente contrarrestados por una caída en la producción minera (-1.2%) ante la menor extracción de oro, en Antapaccay y Boroo Misquichilca; y de hierro, por menores leyes en Shougang.
Perspectivas 2025-2026
Los indicadores adelantados de actividad muestran un panorama positivo para marzo. Por un lado, según el Comité de Operación Económica del Sistema (COES), la demanda de electricidad creció 5.3% en el mes, duplicando el ritmo de crecimiento del mes pasado. Esta sería la mayor expansión registrada desde mayo de 2023. Ello se sustenta en el mayor consumo de los hogares (7.0%) y de las empresas mineras (3.7%), mientras que retrocedió la demanda de sectores vinculados a la inversión (-0.5%), que considera empresas cementeras y siderúrgicas.
A inicios de marzo de 2025, el IPE revisó al alza sus proyecciones de crecimiento para 2025, de 3.0% a 3.1%. Este resultado se fundamenta en un mayor dinamismo en la inversión privada (3.8%), ante el inicio de proyectos mineros; y una expansión del consumo privado (3.3%), en un contexto de recuperación del empleo formal e inflación dentro de su meta. Para 2026, se recortó el crecimiento proyectado, de 2.3% a 2.0%, ante la expectativa de que la incertidumbre preelectoral ocasione una contracción en la inversión privada (-1.4%).
Sin embargo, estos pronósticos podrían revisarse a la baja ante la alta incertidumbre producto de las políticas arancelarias de Estados Unidos y su enfrentamiento comercial con China. Este enfrentamiento representa un riesgo pues afectaría la actividad económica mundial y al Perú. Aunque estimar el tamaño de esta afectación sobre el crecimiento del país es todavía prematuro, cabe anotar que, según JP Morgan, el 80% del impacto sobre el crecimiento económico mundial 2026 estaría explicado por la incertidumbre y apenas un 20% por el alza de los aranceles.
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