Pese a este cumplimiento con su deuda, los analistas advierten que la situación de Evergrande sigue siendo crítica a pesar del reembolso.
La compañía inmobiliaria Evergrande, cuya deuda asciende a más de US$ 300.000 millones, cumplió con uno de los pagos de intereses que tenía pendiente desde hace casi un mes.
Este viernes el diario estatal Securities Times anunció que según sus "fuentes relevantes", el gigante inmobiliario pagó un saldo de US$ 83,5 millones a través del banco Citibank, monto que será recibido por los acreedores de sus bonos.
La transacción, que debería haberse reembolsado inicialmente el 23 de septiembre, se realiza un día antes de que esta deuda sea decladada oficialmente en impago.
Ante esta noticia, Evergrande no solo ha evitado temporalmente la quiebra, sino que también logró que sus acciones crecieran más de un 5 % este viernes en la Bolsa de Hong Kong.
Aun así, los analistas advierten que la situación de Evergrande sigue siendo crítica a pesar del reembolso.
"Ya lo hemos visto antes: un reembolso de bonos no resuelve el problema de la empresa y no cambia el hecho de que sea un muerto viviente", a Justin Tang, jefe de investigación de United First Partners, a Bloomberg.
El verdadero impacto de la crisis de Evergrande en la economía china, y en el mundo, aún es incierto.
En China, el sector inmobiliario es de los que más aporta al PBI y genera más puestos de trabajo y efectivo para los gobiernos locales.
La venta de terrenos en el gigante asiático representa un tercio de sus ingresos, que se situaron en 27,3 billones de yuanes, unos 4,3 billones de dólares en 2020, según el banco japonés Nomura.
Los inmuebles representan allí el 40% de los activos de los hogares chinos, según Macquarie, de forma que, si la burbuja inmobiliaria detona, podría ocasionar el temor de los consumidores y afectar a otros sectores económicos.
Además, es importante mencionar que de los 1,400 millones de chinos, alrededor de un 70% tiene dinero invertido en propiedades residenciales. Según el banco central chino, el 93.6% de los hogares urbanos eran propietarios de viviendas; una de las tasas más altas del mundo.
Pero, ahora con la crisis las ventas de terrenos se desplomaron un 17,5% en agosto con respecto al año anterior.
(Con información de Reuters y AFP).
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