Lo más alarmante es que el 65.8 % de estas personas son mujeres, muchas de ellas dedicadas a tareas domésticas no remuneradas. Así lo reveló un reciente estudio de ComexPerú.
En el Perú, más de 2.3 millones de personas en edad de trabajar desean un empleo, pero ni siquiera pueden buscarlo. El motivo principal: las responsabilidades del hogar y las limitaciones personales que les impiden salir al mercado laboral. Así lo revela el último informe sobre el desempeño del mercado laboral peruano al 2024, elaborado por ComexPerú.
Las responsabilidades domésticas son la principal traba. Ocho de cada diez personas inactivas dedicadas solo a las tareas del hogar no remuneradas son mujeres. Muchas de ellas quisieran trabajar, pero no pueden dejar esas labores para salir a buscar empleo.
Otra parte de ese grupo presenta limitaciones personales, pues no puede buscar trabajo por problemas de salud o discapacidad. Además, esto está estrechamente vinculdo a las barreras estructurales: hay gente que sí quiere trabajar, pero en su zona no hay suficientes oportunidades adecuadas, o saben que solo conseguirían empleos muy precarios o informales, y eso desincentiva su búsqueda activa.
Otro de los motivos son las condiciones de cuidado. La falta de acceso a guarderías, centros de atención para adultos mayores o personas con discapacidad que permitan a estas personas, especialmente mujeres, disponer de tiempo para buscar empleo o capacitarse.
Aunque el desempleo se ubicó en un 5.6 % y la informalidad laboral afectó al 70.9 % de los puestos de trabajo —es decir, a más de 12.3 millones de trabajadores—, el informe revela que existe una masa silenciosa de peruanos y peruanas que desean insertarse en el mercado laboral, pero están atrapados en dinámicas sociales, económicas y familiares que los excluyen.
“No se trata de personas que no quieran trabajar, sino que no pueden, porque no cuentan con condiciones adecuadas para buscar empleo o dejar sus responsabilidades en casa”, advierte Comex.
La tasa de desempleo juvenil duplica la de los adultos
El reporte también destaca que los jóvenes enfrentan serias barreras: la tasa de desempleo juvenil llegó al 9.8 %, el doble que la de los adultos. Esto explica el creciente desinterés por invertir en educación formal en algunas zonas, donde los jóvenes perciben que el esfuerzo académico no garantiza una plaza laboral.
En cuanto a los salarios, el Perú mantiene una marcada desigualdad: el salario promedio nacional fue de S/ 1,766 en 2024, pero los trabajadores formales ganaron en promedio S/ 3,040, mientras que los informales solo percibieron S/ 1,165. La brecha es aún más dramática en regiones como Puno, donde el salario informal equivale a menos del 30 % del formal.
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