Indecopi aprobó que Telefónica del Perú entre a un proceso concursal ordinario. Ahora, los acreedores, no los accionistas, decidirán su futuro, por lo que expertos analizan cuál será el futuro de los usuarios.
La solicitud de Telefónica del Perú para acogerse a un procedimiento concursal ordinario ha sido aprobada por el Indecopi. Álvaro Castro, especialista en temas de Regulación Financiera, se presentó en Economía Para Todos por RPP y dio a conocer que, una vez aprobado, se transfiere la decisión sobre el futuro de la emblemática empresa de telecomunicaciones de los accionistas a sus acreedores.
Según explicó el especialista, los procedimientos concursales en la ley peruana constituyen "una instancia en la que los acreedores, o sea, los que la empresa le dé dinero, sea SUNAT, trabajadores, los bonistas, proveedores o cualquier banco, eh son los que deciden el destino de la compañía".
Es decir, el futuro de Telefónica del Perú "ya no le corresponde a los accionistas, sino a los acreedores". Indecopi, en este proceso, actúa más como un "ordenador del un facilitador", pero la decisión final "es íntegramente de los acreedores".
El trámite inicial implicó que Indecopi publique una invitación para que "cualquier persona o empresa que considere que tiene crédito frente telefónica se presente para ser reconocidos como acreedores".
Una vez cumplido ese plazo, "se va a instalar una junta, pero ya no va a ser una junta accionista, sino una de acreedores, en la que van a decidir si la compañía se reestructura o se liquida".
Respecto a los plazos, si bien existen tiempos legales (se menciona que en dos o tres meses "debería de seguirse el destino de la compañía"), el especialista Castro Lora señala que "claramente los plazos legales muchas veces no se cumplen porque la dinámica es compleja, sobre todo con una empresa de este tamaño". Considera que "yo no creo que se dé [en ese plazo]. Yo creo que van a ir bastantes idas y vueltas".
¿Cuál será el impacto a los usuarios de Telefónica?
Una de las principales interrogantes es el posible impacto en los usuarios. Mientras los acreedores "no acuerden la liquidación de la compañía y esa liquidación no concluya, la compañía debería continuar operando y, por lo tanto, los usuarios teóricamente deberían seguir recibiendo sus servicios".
Si los acreedores optan por una reestructuración, "pues no debería pasar nada con los usuarios". No obstante, si deciden que "lo mejor es ya liquidarla, venderla y cerrarla, claramente eso va a implicar en algún punto la suspensión de los servicios". Castro Lora admite que "la realidad es que es un poco difícil saber cómo va a impactar esto el día a día".
Este caso se considera un ejemplo de una empresa que es "to big to fail", es decir, "muy grande para quebrar por el impacto que puede tener". La importancia de la empresa y el servicio es tal que, según el especialista, "ya salió el sindicato, algunos sindicatos de trabajadores diciendo que querían que se nacionalizara la compañía para ellos continuar operándola".
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