El Departamento de Comercio de Estados Unidos dijo que estos aranceles afectarán a un total de 279 productos vinculados, principalmente, a la industrias química, petrolera y motriz, por valor de 16,000 millones de dólares.
El Gobierno de Estados Unidos anunció la imposición de aranceles del 25 % a productos procedentes de China por valor de 16,000 millones de dólares a partir del próximo 23 de agosto, en lo que supone un segundo tramo de la batería de gravámenes adoptados por Washington contra Pekín.
El Departamento de Comercio estadounidense detalló en un comunicado la nueva lista de bienes afectados por estos aranceles, que afectarán a un total de 279 productos vinculados, principalmente, a la industrias química, petrolera y motriz.
Estos gravámenes completan el paquete inicial de 50,000 millones de dólares anunciados por el Gobierno de Estados Unidos y que entró en vigor parcialmente a comienzos de julio.
Ese primer tramo tuvo en su punto de mira un total de 1,300 productos chinos, entre los que figuraban aparatos tecnológicos de las industrias aeroespacial y robótica, a los que también se aplicó aranceles del 25 % hasta alcanzar los 34,000 millones de dólares, aclaró el comunicado del Departamento de Comercio.
¿Prácticas comerciales injustas?
El Gobierno estadounidense justifica esta medida en una investigación sobre las prácticas comerciales chinas en la que, según las autoridades, se ha podido corroborar que Pekín ha cometido una serie de irregularidades.
Entre ellas, se encontrarían abusos contra las empresas de EE.UU. a la hora de negociar su propiedad intelectual, la adquisición de compañías locales con el objetivo de hacerse con su tecnología o ataques cibernéticos por parte del Ejecutivo chino a redes informáticas relacionadas con el comercio internacional estadounidense.
Con esta nueva ronda de aranceles, que inicialmente debería haber sido aplicada a mediados de julio, la Administración del presidente Donald Trump da un paso más en su guerra comercial con el gigante asiático, si bien evita asestar un golpe excesivo a Pekín, tal y como amenazó el propio mandatario.
EFE
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