El cantante español lloró de emoción en un multitudinario concierto esta noche en Caracas, donde dijo sentirse ´feliz´ al cerrar el ´Paraíso tour´.
El cantante español Alejandro Sanz lloró de emoción en un multitudinario concierto esta noche en Caracas, donde dijo sentirse "feliz" al cerrar el "Paraíso tour" con el que volvió a Venezuela, tras las pasadas controversias con el presidente del país, Hugo Chávez.
"Se me metió algo en el ojo", bromeó el artista entre lágrimas y envuelto con una bandera venezolana, ante los más de 8.000 caraqueños que asistieron al recital y le corearon "¡sí, se pudo!".
Hacía seis años que el madrileño no pisaba los escenarios venezolanos, después de que en 2007 fueran suspendidos dos de sus conciertos en Caracas, en medio de una serie de polémicas con el mandatario del país caribeño.
"No importa lo que pasa, porque todos saben lo que ha pasado, pero en mi corazón ustedes tienen un sitio privilegiado", dijo, emocionado, el cantante, quien ha criticado en distintas ocasiones al presidente venezolano.
"No me importan los partidos políticos, no me importa nada de eso. Les quiero a ustedes", añadió.
Antes, haciendo referencia al libro "El Principito", del francés Antoine de Saint-Exupéry, el artista español manifestó: "Venezuela, ustedes son responsables de sus rosas".
En la Universidad Simón Bolívar, escenario reservado a los más grandes artistas, Sanz se deshizo en elogios a Venezuela, a la que bautizó "Bellezuela", sin esconder la euforia y emoción que le provocaba volver a cantar en el país.
"Para nosotros, terminar la gira aquí, en Venezuela, es un lujo, algo que no podíamos haber diseñado de mejor manera. No podemos pedir nada más", afirmó.
En 2007, el artista tenía programado un concierto en Caracas que fue pospuesto porque las autoridades venezolanas no permitieron utilizar el recinto previsto, de propiedad estatal, alegando razones de seguridad. Otro concierto suyo fue suspendido en febrero de 2008.
Chávez afirmó que nunca había prohibido a Sanz actuar en el país y le invitó a cantar, si bien en la misma época el artista español fue declarado "persona no grata" por uno de los municipios de Caracas al considerar que se había referido al presidente de forma "grosera y desconsiderada".
El pasado octubre, el cantante anunció por su cuenta de Twitter que actuaría en Venezuela tras haber pedido un mes antes a Chávez, también a través de esta red social, si podía cantar en el país.
Finalmente, los caraqueños pudieron volver a escuchar en vivo la característica voz rota de Sanz entonando "Mi Peter Punk" en el concierto de esta noche.
Luego vinieron "Lo que fui es lo que soy", "Desde cuando" o "Viviendo deprisa", pero no fue hasta que llegó su gran éxito "Corazón partío" que el público entró verdaderamente en calor.
"Venezuela, olvidarte no quisiera", les lanzó Sanz asegurando que había preparado varios discursos "buenísimos" de amor que se le habían olvidado.
"Perdonadme la tontería, pero soy tan feliz", se disculpó.
Los asistentes bailaron, se rieron con las bromas que les lanzaba el español y, sobretodo, cantaron al son de sus más celebrados temas como "No es lo mismo" o "Looking for paradise".
Como ya hizo en sus dos anteriores conciertos esta semana en las ciudades venezolanas de Maracaibo y Valencia, el madrileño compartió escenario con artistas nacionales.
En esta ocasión fueron el vocalista de la formación Guaco, Luis Fernando, y el solista Víctor Muñoz, los elegidos.
"Venezuela, nuestro amor es así, como una leyenda", les espetó al cantar el tema "Nuestro amor será leyenda".
Ya a mitad de concierto, Sanz se adelantó a los acontecimientos: "estos malditos me van a hacer llorar antes de que termine el concierto, pero no voy a llorar".
Al final, no pudo contener sus lágrimas y, con la promesa de regresar, terminó el concierto junto a su equipo con un grito al unísono de "¡Venezuela!".
-EFE-
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