La cantante recordó los cuatro meses que pasó en rehabilitación en 2018 mientras estaba bajo la tutela de su padre, Jamie Spears.
Britney Spears hizo una serie de publicaciones en su cuenta de Instagram, a propósito del lanzamiento del libro de su exesposo Kevin Federline, quien hizo graves acusaciones contra ella. La artista respondió que su objetivo es aportar "sustancia entre toda la basura" que se está diciendo sobre ella, según sus propias palabras.
En un post, la cantante relató que en 2018 pasó cuatro meses en rehabilitación mientras estaba bajo la tutela de su padre, Jamie Spears, incluso llegó a decir que tuvo "daño cerebral". Ella publicó una foto montando un caballo y comparó su experiencia con la película Maléfica.
"Sus alas eran sagradas, así que el rey no podía quitárselas; ninguna persona podría decir que fueron restauradas y escondidas, encerradas en una iglesia de vidrieras sagradas… no es que esto tenga relevancia conmigo, pero lo encuentro increíblemente interesante…", escribió.
La cantante de Toxic dijo que vivió una "experiencia traumática" que describió en su autobiografía de 2023, The Woman in Me. En ella relató que "durante 4 meses ya no tenía puerta privada y fui obligada ilegalmente a no usar mis pies ni mi cuerpo para ir a ningún lado".
"Esto hizo más que dañar mi cuerpo", continuó Spears. "Créanme, hay mucho que no compartí en mi libro y todavía hay cosas que en este mismo momento he mantenido ocultas porque son muy dolorosas y tristes… Siento que la lógica y la conciencia en mi cuerpo como unidad fueron 100 por ciento asesinadas y destruidas; no pude bailar ni moverme durante 5 meses…", aseguró.
Britney Spears habla de la pérdida de sus "alas" y el daño que sufrió
Volviendo a Maléfica, Britney Spears recordó la escena en la que la protagonista recupera sus alas al final de la película y lo relacionó con su propia vida.
"Siento que me quitaron las alas y que me ocurrió daño cerebral hace mucho tiempo, 100 por ciento", escribió. "Por supuesto, he seguido adelante de ese momento difícil de mi vida y estoy bendecida de estar viva…".
En su libro, Spears contó que su padre, Jamie, la obligó a pasar más de tres meses en un centro de rehabilitación en 2018. "Mi padre dijo que si no iba, tendría que ir a la corte y me sentiría avergonzada", escribió.
También señaló que la hacía parecer "una idiota" si no iba a un centro de terapia en Beverly Hills, que costaba 60 mil dólares al mes, donde supuestamente le recetaban litio y solo le permitían una hora de televisión antes de su hora de dormir a las 9 p.m.
"No podía salir. No podía manejar un auto. Tenía que donar sangre semanalmente. No podía bañarme en privado. No podía cerrar la puerta de mi habitación", narró.
En otra publicación, Britney Spears recordó una conversación que tuvo con su abuelo poco antes de su muerte. "Me dijo: 'prométeme que no te importará lo que estas personas ignorantes digan y mientan sobre ti... Cuando la gente realmente entienda el poder de tu nombre, te pondrán a prueba e intentarán absolutamente cualquier cosa para derribarte...", sostuvo.