"Estoy segura de que la primera dama de Francia -la ex modelo y cantante Carla Bruni- se lo pasa bien desnudando a su marido", Nicolás Sarkozy.
Foto: Dita Von Teese
La glamurosa stripper Dita Von Teese, habitual espectadora de los desfiles de moda más exclusivos del mundo, diva del desnudo y célebre por su provocadora estética inspirada en los años cuarenta del pasado siglo, está convencida de que "Carla Bruni puede hacer un gran striptease".
"Estoy segura de que la primera dama de Francia -la ex modelo y cantante Carla Bruni- se lo pasa bien desnudando a su marido", el jefe del Estado Francés, Nicolas Sarkozy, reveló con voz cálida y risueña la artista invitada del legendario cabaré parisino Crazy Horse.
Engalanada con un vestido negro de generoso escote triangular anudado en el cuello, la que un día fue una niña que dejó su hogar familiar en el estado de Michigan para vender lencería y que a sus casi treinta y siete años va camino de convertirse en uno de los iconos sexuales del siglo XXI, coquetea con la erótica del poder desde un respeto prudencial.
"Les conocí el otro día en obra benéfica para luchar contra el sida celebrada en París", dice, desde debajo del abundante maquillaje blanco que facilita el juego de sombras y contrastes, esta vedette cuyo nombre original es Heather Sweet y que recrea intencionadamente la imagen de Betty Page, una de las musas del erotismo del siglo XX.
Reconoce que fue un momento excitante para ella, una chica de clase media de una pequeña localidad estadounidense que ha sabido hacer de sus buenas artes para desnudarse en público una marca globalmente conocida, que le ha llevado desde los clubes de baja estofa donde se zambulló en las drogas en los inicios de su carrera hasta los desfiles de Dior o a la Ópera de Viena.
"Fue un momento muy excitante para mí: una pequeña stripper de Michigan que conoce al presidente de Francia", recuerda la ex mujer del rockero Marilyn Manson entre la tibia atmósfera roja de la sala VIP del Crazy Horse, la misma habitación que otrora ocuparan la neumática actriz Pamela Anderson o su diabólica majestad Mick Jagger.
En las distancias cortas, esta bailarina de apariencia menuda, cintura diminuta, caderas pronunciadas y busto voluptuoso, habla de su vida y su trabajo con naturalidad y elegancia, como el músico que diserta sobre por qué ha elegido una u otra armonía para rematar una partitura.
Explica que ha preparado a conciencia su espectáculo de tres escenas, que se complementa con diversos números eróticos a cargo de una docena de chicas de plantilla del Crazy Horse de las que Dita ha aprendido su "savoir faire" (saber hacer).
"Hago un número junto con las chicas porque pensé que sería un buen contraste" ya que "ellas son muy técnicas, muy buenas bailarinas, y yo me muevo un poco más despacio, más parecido al estilo clásico del burlesco estadounidense", señala.
Afirma que sus sensuales actuaciones pueden ser una buena receta para olvidarse de la crisis económica y de las tragedias que azotan el mundo, tal y como -recuerda- ocurría durante
A esta fetichista de aspecto delicado que ha protagonizado escenas lésbicas nada timoratas en películas de pornografía fina como "Pin Ups 2" o "Decadence" y que asegura estar "muy orgullosa del guapo presidente de Estados Unidos, Barack Obama", no le asusta hablar de hombres, pero se aleja de la sordidez y de la vulgaridad.
Asegura que el modelo español Andrés Velencoso, al que conoce bien, es "uno de los hombres más sexis del planeta", y se dice también "enamorada de todos los toreros famosos", motivo por el que le gustaría volver a Madrid durante la próxima temporada taurina, revela descuidando una sonrisa.
Amiga de Kylie Minogue, a quien se le relaciona con Velencoso, explica que la cantante ha disfrutado ya de su espectáculo, al igual que el modisto y gurú de la alta costura Jean-Paul Gaultier, quien ha dicho de Dita que "encarna el glamour en un universo gráfico increíble, que es todo lo contrario de la vulgaridad".
Aventurera confesa, actúa en fiestas privadas aunque evita pronunciarse sobre el precio de sus servicios.
"¿Cuánto cuesto? -dice en voz alta mientras se sonríe. Tengo diferentes tarifas para diferentes cosas y por supuesto decido qué "shows" quiero y no quiero hacer, pero me gusta actuar, así que acepto ofertas razonables".
EFE
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