Cantantes vernaculares se sometieron a lipoescultura, retiro de papada, eliminación de lunar y párpados, aplicación de botox y rinoplastía, todo en una sola sesión.
La cirugía estética es un recurso al que echa mano el que más en los últimos tiempos, pero el caso de las mencionadas cantantes es más bien singular: cada una de ellas optó por un combo de mejoramiento estético.
Ocurre que Olga Meza estaba decidida a someterse a una rinoplastía y a eliminar el generoso lunar -marca de la familia- que tenía en la frente y así un día le contó sus intenciones a María Velásquez, quien sin pensar demasiado se animó a hacerse "unos arreglitos", luego de someterse a los descartes de rigor, incluyendo la coagulación sanguínea.
Olga sumó a sus intenciones de embellecimiento facial una lipoescultura "de arriba abajo", lo cual la obliga a un reposo absoluto. Sin embargo, ha dicho que cantará en una actividad a favor de su hermana Abencia el 13 de los corrientes.
Pero el caso de "La mecánica del folklore" es algo más extremo: acaba de pasar por una blefaroplastia, es decir una reducción de párpados superiores e inferiores; inyecciones de colágeno y botox para eliminar el ceño fruncido; un lifting cervicofacial o sea la eliminación de su papada; y una lipoescultura abdominal "porque después que tuve a mi hijo me quedé gordita y si a eso le sumas las chelas, mejor me opero".
Las flamantes y adoloridas pacientes estéticas no han revelado el nombre del cirujano. Ahora saben que la belleza también duele, aunque se consuelan señalando que "fue mejor hacer un solo gasto". Allá ellas.
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