Gabriel Costa, flamante refuerzo de Colo Colo, recordó su paso por el cuadro blanquiazul. "Sanguinetti me bancó a morir, pero me dijo que me quedaba un último partido", contó.
Gabriel Costa llegó a Perú en 2014. Jugó los dos primeros años en Alianza Lima y los tres restantes en Sporting Cristal.En el último la 'rompió' y fue el mejor jugador del Descentralizado, logrando llamar la atención de los directivos de Colo Colo, quienes, por pedido de Mario Salas, lucharon por su contratación.
Ya como flamante refuerzo del 'Cacique', el uruguayo nacionalizado peruano brindó una entrevista a la revista Garra, de su país natal, en la que recordó todo lo que pasó hasta llegar a un gran de Chile. Y en ese camino se incluye su paso por el cuadro blanquiazul. Uno que, aunque sorprende, no fue el mejor.
Al inicio, dice, la cosa pintó bien. Guillermo Sanguinetti lo llevó y por primera vez en su vida le hablaron en dólares. Él no lo podía creer. Sin embargo, luego la situaci´no cambió. "Los primeros meses en Perú me rebotaba la pelota, 40 mil personas me chiflaban. Mi mujer no podía ir a la cancha porque era durísimo. Salimos campeones, de todas formas", dijo.
"Para el otro campeonato, los dirigentes no me querían ni ver. El 'Topo' (Sanguinetti) me bancó a morir, pero me dijo que me quedaba un último partido. Llegué a casa y nos pusimos a llorar con mi señora. No sabíamos qué íbamos a hacer, a dónde íbamos a ir, ella había dejado hasta su trabajo en Montevideo. Jugamos en la altura contra Ayacucho y 'volé'. A partir de ese partido, hice goles seis partidos seguidos. Perdimos la final con Cristal 1-0”, agregó.
A raiz de esa seguidilla de buen rendimiento, Alianza Lima le propuso seguir. Y él, pese a que la había pasado mal, estaba analizándolo. Pero Mariano Soso lo llamó. "El técnico fue un tipo que me llegó hasta adentro. Con él me iba para la guerra. Es el técnico que quiero tener siempre. Yo estaba negociando con Alianza para renovar y Mariano me convenció: ‘Me voy contigo’, le dije", contó.
El resto de la historia ya se sabe: le fue bien los primeros seis meses en Sporting Cristal, pero se rompió los cruzados. Debía estar sin jugar ocho meses, pero él prometió volver en cuatro, para jugar las finales. Tardó uno más de lo esperado: al quinto mes ya estaba jugando. Permaneció en tienda celeste hasta 2018 y luego el 80% de su pase fue vendido a Colo Colo por un millón 200 mil dólares, además del pase de Christofer Gonzales por cuatro años.
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