Conjunto londinense no pudo conseguir el triunfo en Bélgica y debió conformarse con igualar a uno en su visita al KRC Genk Arena.
Chelsea no pasó del empate en el campo del Racing Genk (1-1) y aplazó su clasificación matemática para los octavos de final de la Liga de Campeones, pendiente ahora de su viaje a Alemania para jugar ante el Bayer Leverkusen y de la visita del Valencia a Stamford Bridge.
El cuadro londinense no disipó en Europa las dudas que le invaden en la Premier, donde ha encajado dos derrotas seguidas que le han alejado de la lucha por el liderato y le han hecho perder, incluso, el tercer puesto.
El conjunto de Andre Villas Boas fue víctima de su desacierto. Tuvo el partido de cara desde el minuto 26, cuando el brasileño Ramires marcó tras una pared con el delantero español Fernando Torres.
Más tarde pudo sentenciar. A cinco minutos del descanso, una mano dentro del área de Thomas Buffel propició un penalti lanzado por el brasileño David Luiz que detuvo el meta Laszlo Koteles.
Los errores complicaron la situación del Chelsea. El Genk se encontró con el empate a la hora de juego. El Chelsea fue incapaz de cerrar el choque y Jelle Vossen aprovechó una acción de Kevin de Bruyne para neutralizar la ventaja inglesa.
El técnico Andre Villas Boas tiró del banquillo. De una tacada sacó al campo a Frank Lampard y Daniel Sturridge, en lugar de Ramieres y el desacertado francés Nicolas Anelka.
Minutos después tiró de Juan Mata, suplente de inicio, que ocupó el lugar de su compatriota, el joven Oriol Romeu. Para entonces el meta Laszlo Koteles ya había dejado ver sus virtudes. Desarboló cualquier opción del Chelsea, cada vez menos claras. Propiciadas más por el ímpetu que por el juego.
El equipo londinense fue incapaz de marcar y de encontrar el sosiego con el pase a octavos, que aún deberá amarrar.
EFE
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