El mediocampista de la selección mundialista de México 70 vive el partido más difícil: no puede eludir la enfermedad incierta que padece.
"Hay algo de alivio, pero no mejoro. No sé qué tengo, me han hecho resognancias, exámenes, acumputura y los médicos no tienen respuestas, hemos visitado un montón de hospitales, pero no dan con la enfermedad", comenta Cruzado.
Para muchos es el volante más completo del fútbol peruano, ahora con varias pausas, sigue en su relato. "Parece que es un problema neurológico, puede ser artrosis crónica, a veces tengo adormecido los pies, la planta me duele mucho, tengo que caminar despacio. La embajada de España no autorizó mi viaje, allí mi yerno tiene clínicas, estaba ilusionado de regresar corriendo de allá", confiesa don "Lucho".
Preguntamos ¿Usted requiere ayuda?, el mundialista responde con resignación: "Yo lo dejo todo a Dios, espero aliviarme". El volante que se adelantó a la época de los de la vieja guardia, es recordado como un futbolista con talento, creativo y con una gran capacidad para la marca. En estos instantes, debe afrontar un encuentro especial, luchar ante un adversario que no puede verlo.
Comparte esta noticia