Pablo Martell, técnico en telefonía de BTR, reveló que el exministro aprista pagó S/. 6 mil a internos para que lo intimiden durante su reclusión en el penal de Lurigancho.
El exministro aprista Rómulo León Alegría habría pagado hasta S/. 6 mil a internos del penal de Lurigancho para que intimiden al técnico de telefonía Pablo Martell a raíz del caso Business Track (BTR).
Durante el interrogatorio al que fue sometido como parte de la novena audiencia del juicio oral seguido a un grupo de ocho marinos y civiles por las presuntas actividades de espionaje, Martell Espinoza señaló que los mismos hombres contratados le comunicaron que los envío “el pelado”, en referencia a Alegría.
El técnico de BTR acusado de instalar el equipo de “chuponeo” en el teléfono de Alberto Quimper dijo también al fiscal superior Tony García que tras conocerse el escándalo de los audios recibió una serie de llamadas anónimas que le exigían que colabore porque cualquier cosa le podría pasar.
Martell rechazó las acusaciones del marino Martín Fernández Virhuez, quien lo responsabiliza a él y al también técnico Alberto Salas de la intervención telefónica.
Sin embargo, reconoció que alquiló a su nombre el departamento en Surquillo desde donde se realizaron las interceptaciones y también haber instalado una línea telefónica a la computadora de dicho inmueble, pero dijo desconocer las actividades para las que se empleó. Reveló incluso que cuestionó por lo mismo a Fernández, quien solo atinó a responderle que se trataba “un problema de calzones”.
El técnico señaló además que copió una carpeta del ordenador a un USB a pedido del marino involucrado y se lo entregó, aunque anotó que no conocía su contenido y que recién por la prensa se enteró de las interceptaciones.
Dentro del proceso seguido en el tribunal del juez Iván Sequeiros también se interrogó al marino en situación de retiro Jesús Tirado Seguín.
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