La presidente de Chile expresó desde Uruguay su apuesta porque en Chile se logre una educación gratuita, de calidad y sin "segregación" ni "selección".
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, defendió este viernes la polémica reforma educativa que ha impulsado su Gobierno dentro de su segundo mandato, y reiteró su convicción de que la formación "no es un privilegio, ni un bien de consumo, sino un derecho social".
Bachelet pronunció una conferencia en el Paraninfo de la Universidad de la República de Uruguay, con motivo de su visita oficial al país, en la que expresó su apuesta porque en Chile se logre una educación gratuita, de calidad y sin "segregación" ni "selección".
La reforma a la educación, orientada a mejorar su calidad y otorgar gratuidad en todos sus niveles, es una de las grandes promesas de Bachelet en su segundo mandato presidencial.
Ha sido blanco de severas criticas por parte de empresarios, la Iglesia católica, el movimiento estudiantil y, especialmente, la oposición derechista.
La presidenta se manifestó favorable a la eliminación de toda forma de discriminación en los centros educativos, lo que incluye el fin del copago por parte de los padres en establecimientos que reciben subvenciones estatales, así como la prohibición de los procesos de selección en todos los colegios.
También expresó la decisión de su Ejecutivo de crear nuevas universidades, fortalecer la educación técnica y establecer mecanismos para que se reduzca la tasa de abandono en la educación superior.
"Nuestra apuesta es que, en el mediano plazo, la reforma educacional asegurará ciudadanos más informados, promoverá la movilidad social, la equidad y la inclusión y permitirá que el crecimiento de Chile no sólo dependa de sus materias primas, sino también del talento de su gente", explicó.
Bachelet se felicitó porque 7 de cada 10 estudiantes superiores chilenos sean de primera generación familiar, algo que atribuyó a las políticas aplicadas por los Gobiernos progresistas de Ricardo Lagos (2000-2006) y los suyos propios suyo (2006-2010 y desde marzo de 2014)
Durante su intervención, la presidenta chilena también reclamó una nueva Constitución para su país, pues la actual fue aprobada en la dictadura (1973-1990) y recoge aspectos que considera "ilegítimos".
También se refirió a la reforma tributaria, aprobada el miércoles en el Congreso, y a la que definió como "la más importante de los últimos 30 años".
Aseveró que permitirá al Estado recaudar 8.300 millones de dólares adicionales, lo que equivale al 3 por ciento del producto interno bruto, que podrá destinar a educación, salud y otras políticas sociales.
Bachelet realizó este viernes un viaje oficial a Uruguay en el que rubricó varios acuerdos en materia tributaria, de derechos humanos y de cooperación internacional.
"Somos vértices del mismo sur y hemos perseguido el mismo norte", afirmó para definir la relación entre ambos países.
EFE
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