El exmandatario, admitió que ningún candidato, ni su sucesora y ahijada política, que es favorita para vencer este domingo, obtendrá más de la mitad de los votos.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva apostó este domingo, después de votar en la región metropolitana de Sao Paulo, en una segunda vuelta presidencial, el próximo 26 de octubre, entre su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, y el líder socialdemócrata Aécio Neves.
El exmandatario, tras citar los resultados de las últimas encuestas, admitió que ningún candidato, ni su sucesora y ahijada política, que es favorita para vencer este domingo, obtendrá más de la mitad de los votos, y dijo que, por lo tanto, será necesario definir la Presidencia en una segunda vuelta.
Para Lula, los más probables protagonistas de esa segunda ronda serán los candidatos del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), las dos formaciones que se han turnado en el Gobierno desde 1995.
"Creo que van los dos. Son dos fuerzas políticas muy fuertes. No se inventa una candidatura a última hora", dijo, en una referencia indirecta a la candidata Marina Silva, en declaraciones que concedió a periodistas después de votar en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo y su cuna política.
Los sondeos le atribuyen a Rousseff (PT) una intención de voto en torno al 40 %, mientras que Neves (PSDB) y Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), disputan el segundo lugar palmo a palmo, con un respaldo en torno al 24 %.
Las tres encuestas divulgadas el sábado ubicaban por primera vez en el segundo lugar de las intenciones de voto a Neves desde que Silva entró en la disputa, en agosto pasado como sustituta del fallecido exgobernador de Pernambuco Eduardo Campos, muerto en un accidente aéreo.
No obstante, Lula admitió que existen "n" (un sinnúmero) de "posibilidades" en los comicios de hoy, y que se pueden dar "sorpresas", como la de una eventual "victoria" de la presidenta Dilma Rousseff sin necesidad de disputar una segunda vuelta.
"Cuando comienza el partido para valer, uno tiene que tener equipo fuerte para entrar a la cancha y creo que son siglas (PT y PSDB) más fuertes. Necesitamos hacer la reforma política", expresó el exmandatario.
En esa reforma política que propone el PT, Lula defiende que se mantenga el "voto obligatorio" y se de oídos a las manifestaciones que se tomaron las calles en junio de 2013 por diferentes reivindicaciones sociales.
"Las manifestaciones no se transformaron en abstención o en votos para la oposición. El movimiento de junio (de 2013) no está correctamente analizado, pero no interfirió en el proceso electoral. Si los pronósticos están correctos Marina (Silva) va a tener lo que tenía en 2010", cuando fue tercera en las elecciones presidenciales de ese año, con un 20 % del apoyo, destacó Lula.
Pensado en la segunda vuelta, el exgobernante consideró que en el debate "uno contra uno" se deberá discutir más a fondo asuntos como "la salud y la corrupción", este último, en su opinión, un polémico tema "que Dilma quiere discutir con Aécio".
Sobre una eventual candidatura para las próximas elecciones presidenciales dentro de cuatro años, Lula respondió: "no vamos a discutir 2018 ahora. Ni terminaron estas elecciones".
"Lo que yo quiero es que ella (Rousseff) haga el mejor Gobierno que pueda hacer. Yo voy a continuar trabajando (para estas elecciones) y después vamos a pensar en las próximas", manifestó.
EFE
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