En conferencia de prensa la instancia de la Iglesia Católica expresó su total desacuerdo, al dar lectura a una carta abierta dirigida al presidente de la República, Ollanta Humala.
La Conferencia Episcopal Peruana emitió este viernes un pronunciamiento en el que a través de 16 puntos sustentó su rotundo rechazo a la Guía Técnica Nacional del Aborto Terapéutico.
De esta forma, en conferencia de prensa, el monseñor Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo, dio lectura a una carta abierta dirigida al presidente de la República, Ollanta Humala, en la que pide la derogación de dicha normativa.
La instancia de la Iglesia Católica explicó que el también llamado protocolo de aborto terapéutico, publicado por el Ministerio de Salud el pasado 28 de junio y aprobado por Resolución Ministerial 486-2014, "implica un atentado contra el derecho a la vida" y "discrimina al concebido".
Advirtió que en la guía técnica se intenta "maquillar" el acto del aborto, empleando palabras como "interrupción voluntaria", "interrupción terapéutica del embarazo" o "evacuación del contenido uterino".
ADVIERTEN INTENTO DE DESPENALIZAR EL ABORTO
"En el Código Penal actual está tipificado el aborto como un delito, pero la resolución al encubrir este delito como simple interrupción voluntaria, desorienta y deja la puerta abierta para presentar al aborto como algo que se podría despenalizar", alertó monseñor Cabrejos al dar lectura al pronunciamiento.
La Conferencia Episcopal también rechazó que la vida humana dependa de una junta médica y que la gestante tenga la opción de recurrir a una segunda opinión de esa comitiva de galenos si es que en primera instancia deciden que no procede el aborto.
"Está claro que la resolución ministerial no toma en cuenta al concebido, se piensa solo en la gestante. La Iglesia piensa en los dos, está a favor de la vida de los dos", consta el octavo punto del pronunciamiento.
En su décimo alegato, la Conferencia Episcopal argumenta que con el avance de la ciencia es posible salvar la vida tanto del concebido como el de la madre, reduciéndose considerablemente el riesgo de perder a alguno de los dos.
Finalmente, advierten que el controvertido protocolo viola el juramento hipocrático que hacen los médicos, en el que prometen "absoluto respeto por la vida humana".
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