Si cada día que pasa es peor la relación y te sientes angustiada/o piensa que es posible que esté llegando el fin de esta.
Cuando las parejas atraviesan por una crisis, es frecuente que en algunas o en muchas de ellas, surja la inevitable pregunta: ¿Será mejor terminar?
La decisión suele ser muy difícil, sobre todo cuando hay hijos que de todas maneras se verán afectados por la ruptura de la relación.
Cuando una pareja no se quiere más, no logra resolver sus conflictos, han perdido el interés por el otro, y las peleas se apoderan de sus vidas, la separación por dolorosa que esta sea, puede transformar este panorama desolador en una segunda oportunidad para todos los involucrados. Cuando hay hijos, la parentalidad debe mantenerse y el acordar juntos cómo cuidar a los hijos en este proceso es lo que los mantendrá protegidos mientras pasa la tempestad.
Hoy después de muchos años de investigaciones con generaciones de hijos de padres separados, hay muchos mitos que han sido develados y es cada vez más claro que la separación no es lo que más daña a los hijos, sino el cómo este es vivido.
Es importante recordar que toda relación tiene un ciclo evolutivo, atraviesa por diferentes etapas, de allí que muchas personas, una vez transcurridos los primeros años del romance y con el fin del mismo, se sienten insatisfechas con la pareja, a quien le empiezan a encontrar una serie de defectos que antes eran invisibles.
El salir corriendo de una relación al primer halo de desencanto o insatisfacción, tampoco es la forma. Este surge, precisamente en el punto en el que ambos superan la etapa del romance.
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