De acuerdo con el cineasta peruano, la mayoría de las salas de cine han optado por ofrecer horarios reducidos y poco convenientes para el film.
Luego que la directora de “Las malas intenciones”, Rosario García-Montero, exigiese públicamente que se amplíen los horarios de exhibición de su película en cartelera, la polémica del cine peruano continúa, esta vez con “Reshinn, sangre de anaconda”.
En declaraciones a RPP Noticias, el director del film, Roger Asto León, aseguró que dos de las tres salas que exhiben la cinta, no han cumplido con ofrecer al público los horarios que habían acordado (pues la mayoría son a su criterio “poco convenientes”), mientras que una cuarta sala simplemente no lo han considerado en su programación.
Al darse cuenta de los escasos horarios que se le han entregado a “Reshinn, sangre de anaconda”, Asto decidió convocar a los actores y actrices que trabajaron con él, para protestar frente al Ministerio de Cultura y pedir que la titular, Susana Baca, intervenga, tal como lo hizo con “Las malas intenciones” en su momento.
Con pancartas y afiches en mano, Asto león y su reparto permaneció desde las 11:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde en los exteriores del edificio, pero, según afirma, la única respuesta que recibió de una representante del sector fue que “no se puede hacer nada con esa gente”.
“Yo no pensaba que con mi película iba a pasar eso. A mi película la han sacado, no es que le hayan dado pocos horarios. No sé qué ha pasado. Y si hasta el viernes no ponen mi película, voy a seguir. Voy a seguir hasta las últimas consecuencias, porque todos tienen derecho a ver la película”, dijo.
Asimismo, indicó que no entiende por qué en su propia tierra se limita la proyección de su cinta – grabada en dialecto ashaninka-, que ya ha sido pedida para recorrer Alemania, Colombia, España, Chile y Argentina, y solicitó que el Presidente de la República y la titular de Cultura lo apoyen en su reclamo.
“Estoy en contacto con los indígenas que han participado del rodaje. Ellos están esperando una llamada mía para que un grupo de 800 vengan el lunes a Lima y vayamos juntos, caminando, hasta el Congreso para solicitar que se abran las salas. Esa es mi última opción. Pero si tengo que ir preso, iré… pero protestando por el bien del cine”, concluyó.
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