Sesquicentenario del nacimiento del pintor austriaco Gustavo Klimt, es celebrado por gigante del internet con un doodle en forma de un cuadro del artista nacido en Viena.
Gustavo Klimt es considerado el estandarte de la ciudad del Danubio. El logotipo del gigante del internet se convierte esta vez en un cuadro del famoso artista austriaco que plasmó con su pincel el cambio traumático que significó para el hombre el término del siglo XIX al XX.
Klimt es uno de los mayores orgullos de la ciudad austriaca que lo vio nacer hace 150 años, sin embargo, fue la misma que se escandalizó con algunas de sus pinturas. Sus obras estaban marcadas por las críticas dado lo ornamental y decorativo, que incluso ostentaban incrustaciones de oro.
FAMILIA NUMEROSA
Gustavo Klimt fue el segundo de los siete hijos de un grabador de oro; su infancia transcurrió entre los aprietos económicos y la necesidad de expresar el talento heredado del padre, hasta que en 1876 recibió una beca para estudiar en la Escuela de Viena de Artes y Oficios de Viena, al que luego le seguiría su hermano Ernst. Gustavo Klimt se inició pintando murales y techos interiores.
En 1888, fue premiado por el emperador Francisco José I de Austria por sus trabajos en el Burgtheater de Viena y se convirtió en un miembro honorario de la Universidad de Munich y de la de Viena. La muerte de su padre y de su hermano Ernst le obligaron a ser cabeza de su numerosa familia y repercutieron en su actividad artística. Por esa época conocería a Emilie Flöge, propietaria de un salón de modas que, a pesar de las relaciones del artista con otras mujeres, iba a ser su compañera hasta el final de su vida. Klimt tuvo durante ese periodo al menos 14 hijos.
En 1894, Klimt recibió el encargo de decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena, pero recibió duras críticas, a tal punto de ser calificada como «pornográfica» al haber cambiado el simbolismo y la alegoría por un lenguaje abiertamente sexual e inquietante. No se llegó a mostrar en el techo del Gran Salón y años después, las tres pinturas serían destruidas por los nazis.
SUS OBRAS
Klimt tuvo su época dorada donde conoció las críticas y los halagos, por el uso del pan de oro. A ella pertenecen: «Judith I» (1901), el «Retrato de Adele Bloch-Bauer I» (1907) y su obra más icónica: «El beso» (1907-1908).
En 1904, colaboró con otros artistas en el lujoso Palacio Stoclet, la casa de un rico industrial belga que se convirtió en uno de los más grandes monumentos de la época modernista.
En 1911, se expuso en la Exposición Internacional de Roma «La vida y la muerte» (1908-1910) logrando un gran éxito, pero el artista no había quedado satisfecho y en 1912 cambió el fondo de oro a azul.
SU MUERTE
Klimt murió de un ataque de apoplejía en Viena en 1918 y fue enterrado en el cementerio de Hietzing en Viena. Muchos cuadros se quedaron sin terminar. Jamás se pintó a sí mismo: «No existe ningún autorretrato mío. No me interesa mi propia personalidad como objeto de un cuadro, sino más bien me interesan otras personas, en especial mujeres, otras apariencias…estoy convencido de que como persona no soy especialmente interesante», decía.
Hoy no solo su obra despierta el interés de quienes se acercan a Viena. Gracias a la tecnología de Google Maps ahora se puede viajar con un iPad a los lugares donde el artista transcurrió parte de su existencia.
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