La capital ha llegado a la primera década del 2000 en plena etapa de transición. Ha crecido e intenta modernizarse apresurando el paso y pese a los tropiezos. La Ciudad de los Reyes, la Lima aristocrática y conservadora, se ha convertido en una metrópoli variopinta, un lienzo de cerros, edificios, centros comerciales, bares y cumbias que continúa mutando y haciendo de ella un lugar muy particular.
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