Peláez Bardales recordó que durante esa época todas las instituciones tutelares de la República fueron sojuzgadas por un gobierno que cometió ´una serie de tropelías´.
El fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, sostuvo este viernes que el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, perpetrado hace 21 años, representó una “época nefasta” y expresó su confianza en que nunca más volverá a repetirse, porque significó la interrupción de la democracia en el Perú.
“Hay que hacer una reflexión en torno a que nunca más el país debe volver a una situación de estas, que significa un quiebre del ordenamiento democrático en el país”, manifestó.
El 5 de abril de 1992 el expresidente Alberto Fujimori, hoy preso por violación a los derechos humanos y corrupción, disolvió el Congreso, intervino las instituciones públicas y gobernó de facto, con el apoyo de la cúpula de las Fuerzas Armadas de entonces.
Peláez Bardales agregó que “esa época fue nefasta”, y dijo que parte de lo acontecido actualmente en la vida nacional, como el desprestigio de las instituciones, en medio de todos los funcionarios y magistrados, es producto del golpe.
El titular del Ministerio Público sostuvo también que una consecuencia fue la etapa de crisis ética y moral, así como la pérdida de valores en el país.
“Ojalá que nunca vuelva a repetirse una cosa de estas, porque creo que la democracia es el mejor de los sistemas, que permite que todos puedan opinar o hablar y decir las verdades aunque no sean verdades muchas veces. Eso es parte de la democracia”, agregó.
Peláez recordó que durante esa época todas las instituciones tutelares de la República fueron sojuzgadas por un gobierno que cometió “una serie de tropelías”.
Por ejemplo, recordó que los funcionarios, jueces y fiscales de ese periodo fueron nombrados a dedo.
“Realmente a partir de esa época caímos en una situación tal que todas las instituciones tutelares de la República prácticamente estuvieron en una sola mano y sojuzgados por un gobierno que lamentablemente cometieron una serie de tropelías”, señaló.
“¿Por qué? Porque no tenían ningún control. No había fiscalía, contaduría, Tribunal Constitucional, el Poder Judicial estaba sometido, el Ministerio Público también igual”, cuestionó.
ANDINA
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