Una película que habla de la rebeldía de la adolescencia, del alejarse de lo que nos molesta para ir en busca de nuestros sueños y de la libertad que tanta anhelamos. Además, una historia que refleja bien aquellos años de formación de una de las bandas íconos del Rock: The Runaways.
Escribe: Susana Anavitarte
Para muchos fue la banda de “solo chicas” por excelencia de los años 70. Para sus líderes Joan Jett y Cherie Currie fue algo más que solo gritar, vibrar con solos de guitarra y expresar lo indebido en sus letras: era demostrar rebeldía, libertad y que las chicas pueden hacer algo más que pintarse las uñas y coquetear con los hombres. Floria Sigismondi, directora y guionista de esta biopic, nos trae esta peculiar historia en la que nos cuentan un poco sobre este fenómeno rockero escaso de testosterona.
La adolescente Cherie Currie (Dakota Fanning) a sus 15 años ha decidido dejar atrás la imagen de niña inocente de pelo largo y rubio, echándose labial en la boca y creando un nuevo estilo en su look. Nadie pensaría que esa misma imagen y presencia le valdría la atención de Kim Fowler (Michael Shannon), un conocido productor y “cazatalentos” de la época, para ser parte de un nuevo proyecto de rock experimental llamado The Runaways. Una banda integrada únicamente por mujeres, todas jovencitas muy talentosas en la batería, guitarra eléctrica y composición de canciones; una de ellas es la mundialmente conocida como la Reina del Rock –n- Roll, Joan Jett (Kristen Stewart). Así emprenden diversos viajes y giras, tratando de huir de sus caóticas vidas personales, experimentando cosas tan radicales en la pubertad como el descubrimiento sexual, las drogas, el alcohol y el peso de la fama.
La estética en cuanto a luces, vestuario, maquillaje y ambientación realmente fue un detalle muy cuidado; desde el cabello de las protagonistas hasta los espacios donde se desenvolvían como los antros. No es de sorprender, ya que entre los productores ejecutivos se encuentra la misma Joan Jett, cuyo testimonio acerca de esos años tan rudos fuera decisivo para que dirección de arte retratara con minuciosidad y perfección.
Definitivamente es un producto audiovisual con una deliciosa y pegajosa banda sonora con los mejores éxitos de The Runaways, cantados por Fanning y Stewart, además de canciones de fondo de otros exitosos como David Bowie, Suzi Quatro o Sex Pistols.
Probablemente encontramos un punto débil en cuanto a relaciones entre personajes. Según nos indica una sinopsis y el testimonio de Cherie Currie, ella y Joan Jett mantuvieron un romance mientras conformaban dicha banda. Y en varias tomas nos queda claro: desde las miradas de deseo y complicidad hasta el acto sexual; la sobreprotección de Jett hacia la “bomba Cherie” también fue un mecanismo psicológico útil. Sin embargo, no queda muy claro a simple vista si era algo más allá de un beso. Parecía que fuera un simple afecto, un experimento de adolescentes o el despertar mismo de su sexualidad. Cabe mencionar que al estar expuestas al consumo de estupefacientes y alcohol en demasía, era bastante común este tipo de conductas entre miembros de bandas.
Aunque las demás integrantes en la vida real no fueron personajes muy mediáticos e influyentes como Jett o Currie, hubiera sido interesante tanto para los fanáticos como para los curiosos que se mencionara aunque sea algo corto sobre cómo es que llegaron a ser escogidas para el proyecto.
De Joan solo nos quedan claros estos puntos: que gustaba usar casacas de cuero negras y varoniles, que su talento y amor por el rock la mantuvo hasta nuestros días y que el magnífico material musical que escuchamos y que nos deleita de principio a fin es gracias a ella. Muchos esperábamos conocer sus antecedentes familiares- solo se sabe por diálogo que sus padres eran separados-, sus problemas, sus anhelos y su negativa a usar faldas y femeninos atuendos. A pesar de no indagar mucho en la intimidad de Jett, Kristen Stewart deja bien atrás los papeles que la estereotiparon como una de esas trend actress que solo podemos ver en sagas juveniles literarias o en comedias románticas. Se dijo que su construcción de personaje tan masculino era tan creíble que llegaban especulaciones sobre su supuesta homosexualidad, cosa poco relevante a decir verdad.
Desde el inicio hasta casi el final, Dakota Fanning toma las riendas de la película; sensual, provocativa, indebida o quizás prohibida. El momento cumbre en el cual esa personalidad salvaje aflora es en una escena en la cual interpreta el tema Lady Grinning Soul de Bowie, de manera precisa y felina. Vemos más sobre el lado personal de Currie- una joven con padres separados, cuya madre decide irse de casa con su nuevo compromiso a Tailandia, dejándolas a ella y a su hermana Marie al mando de su alcohólico progenitor-, el cual influyera bastante en la fuerza y potencia que emanaba en sus performances frente a sus millones de fans. Esta joven actriz fue la sensación en el Festival de Sundance del 2010, ya que causó polémica al mostrarse en escenas lésbicas y sexuales, consumiendo drogas y alcohol; todo lo contrario a sus adorables intervenciones en cintas como Yo Soy Sam, Pequeñas Grandes Amigas o La Telaraña de Charlotte.
Aunque no fue un personaje recurrente, Michael Shannon como Kim Fowler me deja una sensación de perversión, infección, codicia, explotación y genialidad; un cazatalentos que lejos de descubrir voces armoniosas busca un nuevo concepto de mujer en los Estados Unidos. Un hombre descarado, políticamente incorrecto para algunos- hace que adolescentes de 15 a 17 años dejen a sus familias y escuela por irse de gira- y un Rey Midas de las teenage bands para otros. Cuando algo gusta y convence, pedimos más de eso; espero que en los próximos proyectos cinematográficos por salir tengamos más de Shannon en cualquiera de sus construcciones dramáticas.
La película nos deja varias lecciones, aunque no tiene la intención de educarnos. Nos habla de la represión de aquellos años, en donde era más normal ver a un hombre pintándose la cara y mostrando su homosexualidad que a una mujer gritando y sacándole el dedo medio al público masculino. Que a veces los grandes talentos nacen de la nada, simplemente por cosas del destino. Que la juventud siempre huye de lo que le aqueja, es parte del crecer. Y quizás un pensamiento final más certero: que la música es, ha sido y será por siempre el medio por excelencia para expresar con libertad todo lo incorrecto de nuestra sociedad, de nuestra mente y nuestros corazones.
(*Esta película fue presentada por La Reina Privados, que realiza proyecciones cada 15 días.)
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