Cada año 10.000 monos son enviados a Europa y a Estados Unidos por más de 40 millones de dólares. Pese a este comercio discreto pero en expansión, Mauricio teme quedar con una mala imagen.
Detrás de un aparente paraíso se esconde, en la isla Mauricio, un país exportador de monos destinados a la investigación biomédica.
Están en criaderos renombrados por su calidad, pero reprobados por asociaciones que luchan para abolir la vivisección.
Pese a este comercio discreto pero en expansión, Mauricio teme quedar con una mala imagen, o preocupar a una población mayormente hindú.
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