Los niños estaban jugando a ser secuestradores con otro niño menos que ellos, al que ataron, golpearon con piedras e hirieron con un arma blanca.
Los cinco menores de edad que la semana pasada asesinaron a un niño de 6 años en el estado mexicano de Chihuahua se enfrentan, según su edad, a penas de reclusión en albergues o en centros de internamiento para adolescentes, informó hoy el fiscal general del estado, Jorge Enrique González.
En una entrevista radiofónica con Imagen Radio, González explicó que en términos legales se "procederá penalmente" solo contra dos que tienen 15 años, pues los otros menores, de edades entre 11 y 13 años, son "inimputables" de acuerdo a la ley.
Los niños, al parecer, estaban jugando a ser secuestradores con otro niño menos que ellos, al que ataron, golpearon con piedras e hirieron con un arma blanca, para luego enterrarlo y colocar encima de la tumba un perro muerto para camuflar el cadáver.
Por la brutalidad de los hechos, el caso ha conmocionado a la sociedad mexicana.
Para los tres "inimputables", González dijo que ha pedido a la Procuraduría de la Defensa del Menor que les retire a los padres la custodia y que sean llevados a un albergue, a "una pequeña cárcel".
"Es donde creo que deben de estar", puntualizó.
En el caso de los dos adolescentes de 15 años se estima que podrían recibir una condena máxima de 10 años en un centro de internamiento especializado para adolescentes, según especificó un día antes el fiscal en la Zona Centro de Chihuahua (norte), Sergio Almaraz.
Según relató el fiscal este martes, la explicación inicial de los jóvenes, sobre todo del considerado instigador del suceso, de 15 años, fue que "era parte de un juego" en el que "se les pasó la mano".
Sin embargo, "hoy ya están mucho más preocupados y asustados, pero en un primer momento la actitud fue de que no era tan trascendente", puntualizó.
En este sentido, declaró que la investigación queda "prácticamente agotada" porque "el móvil de fondo" sería el de un juego no controlado.
Asimismo, explicó que algunos adolescentes tenían antecedentes no penales por romper vidrios en casas de su localidad y ocasionar "daños materiales y faltas de respeto", sin que hubiera una denuncia formal.
EFE
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