La aglomeración de anuncios visuales en las avenidas genera mal humor y afecta nuestras relaciones interpersonales.
La contaminación visual es un tipo de contaminación de todo aquello que perturbe la visualización de algún sitio o que afecte la estética de un lugar, esta - incluso - puede afectar la salud de las personas.
Estos elementos pueden ser carteles, afiches, postes, entre otros, que alteran la estética del paisaje rural y urbano, generando a menudo una sobreestimulación visual agresiva, invasiva y simultánea.
RPP recorrió los distritos limeños de San Miguel y Ate. En el primero, los anuncios no solo están en los postes y carteles, sino en los paraderos. Situación que dificulta la visión de los pasajeros. Varios de ellos no reciben mantenimiento.
En Ate, los propios comercios son los que ofrecen publicidades. En ellos se ubican, de manera aglomerada anuncios de espectáculos, conciertos, academias y más.
El psiquiatra Abel Sagástegui explica que este tipo de contaminación provoca mal humor y afecta nuestras relaciones interpersonales. Para la coordinadora de Lima como vamos, Patricia Lata, se requiere fiscalizar este tipo de publicidad. “No se pide que hay una censura sino para que se ubique en ciertas zonas”.
Existen ordenanzas municipales que regulan la colocación de publicidad en las calles y avenidas. La distancia entre uno u otro afiche debe ser de 100 metros y su prohibición en las carreteras, son algunas de ellas.
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