Los ciudadanos, visiblemente emocionados y con gesto serio, dejaron sus ofrendas y mensajes de apoyo a la familia de los fallecidos.
Miles de personas fueron depositando ramos de flores en el pavimento de la calle peatonal de la zona Martin Place de Sídney para recordar a las dos víctimas inocentes que este lunes perdieron la vida durante un secuestro en una cafetería de la zona.
Katrina Dawson, una abogada australiana de 38 años y madre de tres niños, y su compatriota Tori Johnson, de 34 años y gerente del establecimiento asaltado, murieron tras permanecer, junto a otras 15 personas, retenidas durante varias horas dentro del local por un hombre armado.
El primer ministro de Australia, Tony Abbott, y su esposa, Margie, acudieron al memorial improvisado para colocar una gran ramo de flores y firmar en el libro de condolencias.
"Nuestros pensamientos y oraciones están con las familias de los dos fallecidos, los heridos y los demás rehenes (...) En señal de respecto las banderas en todos los edificios ondearán a media asta", declaró Abbott en su cuenta de Twitter.
Los ciudadanos, visiblemente emocionados y con gesto serio, dejaron sus ofrendas y mensajes de apoyo a la familia de los fallecidos.
"Hoy todo el mundo tiene algo de miedo. Algo ha cambiado en la ciudad", señaló una residente en Sídney al canal ABC tras depositar su tributo floral.
Otros cinco rehenes y un agente resultaron heridos, tres de ellos por disparos, aunque las autoridades informaron que todos se encuentran en situación estable tras recibir asistencia médica.
La Policía mantiene parcialmente acordonada parte de la zona de Martin Place, barrio financiero de la ciudad, que en un día normal está lleno de transeúntes y tráfico rodado.
El secuestrador era un radical iraní que llegó a Australia en 1996 y le fue concedido asilo político. Cambió su nombre, Manteghi Bourjerdi, por el de Man Haron Monis y adoptó el título de jeque Haron.
En los últimos años había protagonizado numerosas protestas contra la intervención militar de Australia en Afganistán, además de tener cuentas pendientes con la justicia por violencia y asalto sexual, entre otros cargos.
Tras 17 horas de secuestro, la policía entró en el local tras supuestamente escuchar unos disparos y abatió al secuestrador, aunque apenas han ofrecido detalles de lo ocurrido en el interior del local "Lindt Chocolate Cafe".
EFE
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