En Koriyama, la ciudad recomendó poco después del desastre que los niños de hasta dos años no pasaran más de 15 minutos en el exterior al día. Los de 3 a 5 debería limitar su exposición exterior a 30 minutos o menos.
Algunos de los niños más pequeños de Koriyama, cerca de la devastada planta nuclear de Fukushima, apenas saben lo que es jugar fuera ya que el temor a la radiación les ha mantenido encerrados buena parte de su corta vida.
Tras el terremoto y el tsunami de 2011, una serie de explosiones y fisiones causaron el peor accidente nuclear del mundo en 25 años, arrojando radiación alrededor de Fukushima, una zona agrícola conocida por su arroz, ternera y melocotones.
Las preocupaciones de los padres y los hábitos arraigados hacen que muchos niños aún sigan sin salir fuera.
De acuerdo a la agencia Reuters, el impacto empieza a aparecer ahora, cuando hay niños con falta de fuerza, de coordinación, algunos ni siquiera montan en bicicleta y aspectos emocionales como menos carácter.
"Hay niños que tienen mucho miedo. Preguntan antes de comer cualquier cosa "¿esto tiene radiación?"" y les tenemos que decir que sí", dijo Mitsuhiro Hiraguri, director de la guardería Emporium en Koriyama, a unos 55 kms al oeste de la planta nuclear de Fukushima.
En Koriyama, la ciudad recomendó poco después del desastre que los niños de hasta dos años no pasaran más de 15 minutos en el exterior al día. Los de 3 a 5 debería limitar su exposición exterior a 30 minutos o menos.
Esos límites fueron elevados en octubre pasado, pero muchas guarderías continúan con los límites iniciales, en línea con los deseos de unos padres preocupados.
A una madre de un centro de juegos a cubierto en Koriyama pudo se le pudo oír diciendo a su hijo: "Evita tocar el aire exterior". Incluso los niños de tres años conocen el término "radiación".
Aunque se vinculó el cáncer de tiroides en niños con el accidente nuclear de Chernóbil, Estados Unidos dijo en mayo que no se preveía que los índices de cáncer fueran a subir después de Fukushima.
Los niveles de radiación cerca de la guardería Emporium en Koriyama habían bajado a entorno 0,12-0,14 microsieverts por hora, desde los 3,1-3,7 de después del terremoto, dijo Hiraguri.
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