Las autoridades del pueblo polaco de Tuszyn censuran a la popular caricatura porque ´va medio desnudo´ y ´es hermafrodita´.
Las autoridades del pueblo polaco de Tuszyn, en el centro de Polonia, han vetado al osito Winnie the Pooh, el popular personaje infantil al que califican de mal ejemplo para los niños porque tiene una "sexualidad dudosa", "no se viste adecuadamente, va medio desnudo" y "es hermafrodita".
La polémica surgió recientemente cuando un miembro del consistorio propuso dar el nombre de "Winnie the Pooh" ("Kubus Puchatek", en polaco) a una zona infantil de juegos, algo que se topó con la oposición de varios concejales, incluido el alcalde de la localidad.
"El problema con ese oso es que no lleva ropa", dijo entonces el alcalde de Tuszyn, Ryszard Cichy, de 46 años, según han publicado medios locales.
"Va medio desnudo y eso lo hace totalmente inapropiado para los niños", añadió el regidor de este pequeño pueblo de algo más de 7.000 habitantes.
Cichy propuso otro oso también popular en los cuentos infantiles polacos, "un oso polaco que esté vestido de los pies a la cabeza, y no sólo con una camiseta (como Winnie the Pooh)", precisó.
La conversación fue grabada por uno de los concejales, quien la filtró después a la prensa local.
Pero el debate no paró ahí, sino que, como muestra la grabación, uno de los funcionarios se sumó a la discusión asegurando que Winnie the Pooh "no usa calzoncillos porque no tiene sexo, posiblemente es hermafrodita".
Otra de las concejales presentes, Hanna Jachimska, también cuestionó la conveniencia de dar el nombre del popular personaje infantil a la zona de juegos, y fue más allá al criticar a su creador, el británico Alan Milne.
"Yo creo que el autor tenía un problema con su identidad sexual", dijo la concejala entre risas.
El intenso debate no decidió el nombre que tendrá la zona de juegos de Tuszyn, aunque parece poco probable que Winnie The Pooh siga siendo el candidato en un pueblo donde su sexualidad ha suscitado un debate al más alto nivel.
Ese sector de la población teme de que los nuevos aires europeos acaben con las tradiciones polacas y traigan demasiada tolerancia con comportamientos considerados por ellos reprobables como la homosexualidad.
EFE
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