Los senadores describen la película como "extremadamente inexacta y engañosa", en particular en lo relacionado con las torturas a algunos de los detenidos por la CIA.
Un grupo de senadores de los Estados Unidos envió una carta a la productora de la película "Zero dark thirty", que trata sobre la operación militar que acabó con Osama Bin Laden, por considerarla "inexacta" y "engañosa" y rechazan que las torturas a presos llevaran a la captura del líder de Al Qaeda.
La presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la senadora demócrata Dianne Feinstein; el presidente del Comité de Fuerzas Armadas del Senado, el también demócrata Carl Levin, y el senador republicano John McCain mostraron su desacuerdo con el filme de la directora Kathryn Bigelow.
Los senadores enviaron una misiva a Sony Pictures Entertainment en la que consideran que la compañía tiene la "obligación" de dejar claro que el papel de la tortura en la búsqueda de Osama bin Laden "no está basada en hechos", sino que forma parte de la "narrativa de ficción" de la película.
Los senadores describen la película como "extremadamente inexacta y engañosa", en particular en lo relacionado con las torturas de los agentes de la CIA a algunos de los detenidos y el resultado.
"La película da a entender claramente que las técnicas coercitivas de interrogatorio de la CIA fueron efectivas en la obtención de información importante relacionada con el escondite de Osama Bin Laden", lamentan.
"Hemos revisado los registros de la CIA y sabemos que esto es incorrecto", afirman los senadores que aseguran que el detenido que dio más información "lo hizo antes de ser sometido a técnicas de interrogación coercitiva".
"La información para apoyar esta operación se obtuvo a partir de una amplia variedad de fuentes y métodos de inteligencia", apuntan los legisladores.
Los senadores defienden que los agentes de la CIA y sus colegas de la comunidad de inteligencia tamizaron miles de pistas de información que les permitieron localizar y abatir al líder de Al Qaeda, en Pakistán en mayo de 2011, después de una década.
EFE
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