Agua, arroz, aceite, harina o pañales, son distribuidos en bolsas que los voluntarios de las comunas de Concepción arman a escondidas en los supermercados a fin de evitar saqueos.
Tres días después del fuerte sismo que azotó el centro y sur de Chile la ayuda empezó hoy a ser distribuida en las zonas más afectadas con una enorme cautela para evitar los saqueos que se han sucedido en las últimas horas.
Tal y como anunció la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, este martes comenzaron a repartirse productos básicos de supervivencia casa por casa y con una fuerte protección militar, para evitar que los camiones sean también asaltados.
Camiones iniciaron el reparto de alimentos en puntos específicos, como las comunas de Arauco y Chiguayante, ubicadas en la provincia de Concepción, epicentro de la tragedia.
Agua, arroz, aceite, harina o pañales, son distribuidos en bolsas que los voluntarios arman a escondidas en los supermercados, varios de los cuales fueron saqueados e incendiados el pasado domingo por hordas de delincuentes.
El suministro de agua potable es restablecido parcial y lentamente, lo mismo que la energía eléctrica, que llega a sectores muy específicos de la zona.
Pero, a pesar de que la ayuda humanitaria y los servicios básicos llegan a cuentagotas, en Concepción se va restableciendo la calma.
La extensión del toque de queda a dieciocho horas ha sido aplaudida por la mayoría de los ciudadanos, para quienes el aumento de la presencia militar es la única manera de frenar los actos vandálicos y restablecer el orden público.
EFE
Tal y como anunció la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, este martes comenzaron a repartirse productos básicos de supervivencia casa por casa y con una fuerte protección militar, para evitar que los camiones sean también asaltados.
Camiones iniciaron el reparto de alimentos en puntos específicos, como las comunas de Arauco y Chiguayante, ubicadas en la provincia de Concepción, epicentro de la tragedia.
Agua, arroz, aceite, harina o pañales, son distribuidos en bolsas que los voluntarios arman a escondidas en los supermercados, varios de los cuales fueron saqueados e incendiados el pasado domingo por hordas de delincuentes.
El suministro de agua potable es restablecido parcial y lentamente, lo mismo que la energía eléctrica, que llega a sectores muy específicos de la zona.
Pero, a pesar de que la ayuda humanitaria y los servicios básicos llegan a cuentagotas, en Concepción se va restableciendo la calma.
La extensión del toque de queda a dieciocho horas ha sido aplaudida por la mayoría de los ciudadanos, para quienes el aumento de la presencia militar es la única manera de frenar los actos vandálicos y restablecer el orden público.
EFE
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