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por Redacción RPP
·La religiosa, que tenía 73 años y destacó por sus acciones a favor de campesinos sin tierra y en defensa de preservación ambiental, fue asesinada en el 2005.
Uno de los testigos en un proceso contra uno de los principales acusados del asesinato de la monja estadounidense Dorothy Stang, ocurrido en 2005 en la Amazonía brasileña, sufrió un atentado el pasado jueves y su estado de salud es grave.
El agricultor Roniery Bezerra Lopes sobrevivió al ataque de pistoleros aún no identificados pese a que sufrió graves heridas de bala en las piernas, la cabeza y la boca, según la agencia estatal.
El testigo fue ingresado a un hospital que la policía se abstuvo de divulgar por medidas de seguridad.
Bezerra Lopes fue tiroteado poco después de haber recibido una notificación en la que un juzgado lo cita para prestar testimonio en un proceso por fraude y falsificación de documentos contra el hacendado Regivaldo Pereira Galvao, uno de los principales acusados del asesinato de Stang y el único que aún no ha sido juzgado.
El hacendado, quien responde en libertad por el homicidio de la religiosa y ha conseguido aplazar el juicio con diferentes recursos judiciales, también es reo en un proceso por estafa y apropiación ilegal de tierras.
Dicho proceso fue abierto luego de que la Fiscalía descubriera que el hacendado estaba intentando vender un lote de tierra en que la monja fue asesinado en Anapu, municipio del estado de Pará.
Pese a haber negado en juicio ser el propietario de dicho lote, de cerca de 3.000 hectáreas en medio de la Amazonía, y en donde Stang quería implantar un asentamiento para campesinos sin tierra, algunos testigos, entre ellos Bezerra Lopes, revelaron que Pereira Galvao lo estaba ofreciendo en venta.
El hacendado alegaba incluso que, por no ser propietario del lote en disputa, no tenía motivos para querer el asesinato de la monja.
La fiscalía descubrió que el hacendado había falsificado unos documentos para apropiarse del lote, lo que motivó la apertura del nuevo juicio.
Pereira Galvao había sido arrestado en 2006 y estuvo preso cerca de un año hasta que el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte del país, le concedió un recurso de hábeas corpus que le permite esperar en libertad el juicio por el asesinato de la monja.
El hacendado es acusado de haber financiado un fondo ofrecido a pistoleros en Pará para asesinar a campesinos y militantes que se oponen a los terratenientes en esa conflictiva región amazónica.
La religiosa, que tenía 73 años y se destacó por sus acciones en favor de los campesinos sin tierra y en defensa de preservación ambiental, fue asesinada a tiros en febrero de 2005.
De los otros cinco acusados por el asesinato de Dorothy Stang, cuatro fueron condenados, pero uno de éstos fue absuelto en segundo juicio, que posteriormente fue anulado, y está siendo procesado nuevamente.
El hacendado Vitalmiro Bastos de Moura, quien había sido condenado en un primer juicio a 30 años de prisión por haber encomendado y financiado el asesinato, fue absuelto en segunda instancia y espera en libertad un nuevo juicio.
El hacendado se benefició de que el pistolero Rayfran das Neves Sales, autor confeso del crimen, cambió su testimonio y alegó haber actuado por iniciativa propia, en lugar de por encargo de Bastos.
Los otros dos condenados por el crimen fueron condenados a 17 y a 18 años de prisión y, tras haber cumplido tres años de la pena, fueron beneficiados con el derecho al régimen semiabierto. EFE
El agricultor Roniery Bezerra Lopes sobrevivió al ataque de pistoleros aún no identificados pese a que sufrió graves heridas de bala en las piernas, la cabeza y la boca, según la agencia estatal.
El testigo fue ingresado a un hospital que la policía se abstuvo de divulgar por medidas de seguridad.
Bezerra Lopes fue tiroteado poco después de haber recibido una notificación en la que un juzgado lo cita para prestar testimonio en un proceso por fraude y falsificación de documentos contra el hacendado Regivaldo Pereira Galvao, uno de los principales acusados del asesinato de Stang y el único que aún no ha sido juzgado.
El hacendado, quien responde en libertad por el homicidio de la religiosa y ha conseguido aplazar el juicio con diferentes recursos judiciales, también es reo en un proceso por estafa y apropiación ilegal de tierras.
Dicho proceso fue abierto luego de que la Fiscalía descubriera que el hacendado estaba intentando vender un lote de tierra en que la monja fue asesinado en Anapu, municipio del estado de Pará.
Pese a haber negado en juicio ser el propietario de dicho lote, de cerca de 3.000 hectáreas en medio de la Amazonía, y en donde Stang quería implantar un asentamiento para campesinos sin tierra, algunos testigos, entre ellos Bezerra Lopes, revelaron que Pereira Galvao lo estaba ofreciendo en venta.
El hacendado alegaba incluso que, por no ser propietario del lote en disputa, no tenía motivos para querer el asesinato de la monja.
La fiscalía descubrió que el hacendado había falsificado unos documentos para apropiarse del lote, lo que motivó la apertura del nuevo juicio.
Pereira Galvao había sido arrestado en 2006 y estuvo preso cerca de un año hasta que el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte del país, le concedió un recurso de hábeas corpus que le permite esperar en libertad el juicio por el asesinato de la monja.
El hacendado es acusado de haber financiado un fondo ofrecido a pistoleros en Pará para asesinar a campesinos y militantes que se oponen a los terratenientes en esa conflictiva región amazónica.
La religiosa, que tenía 73 años y se destacó por sus acciones en favor de los campesinos sin tierra y en defensa de preservación ambiental, fue asesinada a tiros en febrero de 2005.
De los otros cinco acusados por el asesinato de Dorothy Stang, cuatro fueron condenados, pero uno de éstos fue absuelto en segundo juicio, que posteriormente fue anulado, y está siendo procesado nuevamente.
El hacendado Vitalmiro Bastos de Moura, quien había sido condenado en un primer juicio a 30 años de prisión por haber encomendado y financiado el asesinato, fue absuelto en segunda instancia y espera en libertad un nuevo juicio.
El hacendado se benefició de que el pistolero Rayfran das Neves Sales, autor confeso del crimen, cambió su testimonio y alegó haber actuado por iniciativa propia, en lugar de por encargo de Bastos.
Los otros dos condenados por el crimen fueron condenados a 17 y a 18 años de prisión y, tras haber cumplido tres años de la pena, fueron beneficiados con el derecho al régimen semiabierto. EFE
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